Se llama Bacus, la construye una pyme que también produce cosechadoras de olivos. Es 50% más barata que las importadas aunque la debe tirar un tractor.
La vitivinicultura argentina tiene 226 mil hectáreas cultivadas con vides. La cosecha se ha realizado desde sus orígenes en forma manual pero en las últimas décadas el mundo adoptó la cosecha mecánica por problemas de costos y por falta de mano de obra. Aunque hay máquinas para cosechar viñas y parrales, las más desarrolladas y usadas son las de viñas. Con el correr de los años las nuevas plantaciones se han construido con el fin de adaptarse a este modelo. Hoy en el mundo hay países que prácticamente toda su cosecha es mecánica. Argentina en la década del 90 comenzó a utilizarla aunque en muy pocas hectáreas. Pero poco a poco se convirtió en una necesidad. Así crecieron las viñas en desmedro de los parrales (usados principalmente para uvas comunes, de mesa y pasas). El país cuenta hoy con 95 mil hectáreas de viñas o espalderas (el 42 % del total plantado). El servicio de cosecha es ofrecido por empresas que traen cosechadoras de Europa para realizar la vendimia en Sudamérica. Hay varios modelos muy eficientes, incluso que cosechan ademas olivos, que se ofrecen en el mercado. Pero todas de origen extranjero. Después de varios años de diseño y construcción, MaqTec, una pyme de Santa Fé, presentó hace unos días en sociedad la primera cosechadora de industria nacional en la finca Carnes Andinas, ubicada en el departamento de 25 de Mayo, ante técnicos y empresarios. La demostración fue elogiada aunque todavía se deben realizar ajustes para su óptimo funcionamiento.
Bacus, la máquina
En plena demostración a campo, Martín Bonadeo, socio de MaqTec, no ocultaba su satisfacción por la demostración de su cosechadora llamada Bacus sobre espalderos de Cabernet Sauvignon y nos explicó que «constituye la primera cosechadora cabalgante de fabricación argentina destinada a la recolección de la vid. Esta ha sido concebida tomando en consideración las necesidades de economía ya que al tratarse de un producto de arrastre, (debe ser tirada por un tractor de potencia) propone una solución altamente eficaz minimizando la inversión inicial. Es simple ya que es un producto de alta fiabilidad, fácil operación y con un bajo costo de mantenimiento. Es eficiente ya que voltea en una sola pasada más del 90% del fruto y permite trabajar las 24 horas del día. Es flexible porque permite trabajar en todos los regímenes de conducción de la vid en espalderas como minimal prunning, hedging, etc. Es inócua porque entrega la fruta en optimas condiciones y no genera daños en la vid, y acumula la fruta en tolvas de mediana y alta capacidad».
Bonadeo explicó también que para operar el equipo basta adosarle un tractor con un mínimo de 75 HP de potencia, en el cual se monta el dispositivo de control (las extranjeras tienen propulsión propia y comandada por un maquinista desde una cabina). Esto permite el manejo de la cosechadora y una fina regulación de la misma, como la altura de trabajo, la alineación y centrado sobre la hilera, la velocidad y el ancho del cabezal de cosecha, la descarga de las tolvas.
El principio de cosecha consiste en bastones flexibles de forma oval adosados en sus dos extremidades a una estructura móvil lo que confiere alta capacidad de derribo y baja incidencia de daño en el cultivo.
La estanqueidad inferior se efectúa gracias a dos rampas de escamas articuladas elásticamente. Estas guían a la vid hacia un sistema continuo de baldes situados a cada lado de la cosechadora garantizando la recepción y el transporte de la misma. Los aspiradores equipados con trituradores avalan la limpieza de la vid recolectada.
Fuente: Diario de Cuyo