Situado en el municipio de Marsà, en el Priorato, la bodega trabaja en gran parte con cepas viejas y se construye sobre la tradición en el cultivo del viñedo milenario del Montsant
La aventura de Ann y el Peter Skoglund comenzó en 2017, cuando se enamoraron de los vinos y el paisaje del Montsant e iniciaron un proceso de compra de hectáreas, seleccionando las zonas y terrenos de mayor interés, para empezar a materializar su sueño. Desde entonces han comprado un total 7 terrenos vecinos más, el último en junio del 2019, acumulando hasta la fecha una inversión de 1,2 millones de euros.
Un equipo multidisciplinar y local
Durante todo este proceso, los ha acompañado un equipo multidisciplinar y local, una elección hecha a conciencia ya que era importante que este conociera profundamente el territorio y sus necesidades para poder elaborar un vino de alta calidad.
Con Ann y Peter asumiendo la gerencia financiera y la dirección, el resto del equipo lo encabezan el reputado enólogo Joan Asens, reconocido recientemente como el Mejor enólogo de Cataluña 2019 según la Asociación Catalana de Sumilleres; Xavier Peñas, que además de ser su primer contacto con el mundo vitivinícola del Montsant, es copropietario de la Bodega San Rafel de la DO Montsant, y actualmente se encarga de administrar las operaciones de Bell Cros; Baltasar Vendrell, responsable de la viticultura y licenciado en geología; y Miguel Figini, quien fue coordinador del Espacio del vino Catalán, y que se encarga de la red comercial y la relación con los clientes.
Una filosofía basada en el territorio y la sostenibilidad
En total cuentan con 25 hectáreas, 14 de las cuales están plantadas con cepas de entre 30-80. Estos viñedos viejos son un reflejo del lugar donde crecen y de la tradición en el cultivo de la vid milenaria del Montsant. En el terreno, destaca la gran riqueza de suelos, principalmente suelos arcillo-calcáreos, pero también suelos graníticos, pizarrosos (pizarra) y arcillosos. Además, se encuentran suelos de diferente antigüedad, los más antiguos de más de 60 millones de años, y otros más guijarrales de tan sólo 1 millón de años.
En cuanto a las variedades, se trabaja con uvas autóctonas 100%, poniendo el foco principal en la Garnacha y la Cariñena, típicas de la DO Montsant y de su vecina DOQ Priorat. Estas uvas formarán la columna vertebral de la producción vinícola: Cariñena 70%, Garnacha Tinta 25% y Garnacha Blanca 5%.
Viticultura sostenible
Bell Cros es por convicción, sostenible y ecológico, priorizando la calidad por encima de la cantidad y entendiendo la bodega como una herramienta más de preservación del paisaje de la comarca y como una pieza clave de su desarrollo económico. Por otro lado, no se puede concebir la sostenibilidad sin la ecología, por este motivo, la conversión de los viñedos al cultivo ecológico fue inmediata a la compra.
Todas las técnicas empleadas en los viñedos cumplen la normativa ecológica, y actualmente están incorporando técnicas de microbiología a través del compost, para volver a dar vida a los suelos. Poco a poco se introducirán prácticas biodinámicas en el manejo de los viñedos. A finales de 2018 se solicitó el registro de los viñedos como producción ecológica en el CCPAE, se necesitan tres años para obtener el certificado orgánico especial y esperan conseguirlo a finales de 2021.
La producción
Con los primeros resultados de botellas producidas desde el 2017 han podido hacer una previsión, marcando como objetivo final la producción de 75.000 botellas elaboradas 100% con su uva. Esta ha sido la evolución en la producción de botellas: 4.500 botellas en 2017, 20.000 botellas en 2018, 20.000 botellas en 2019 y 30.000 botellas previstas para el 2020.
Por otro lado, están trabajando en un proyecto para construir su propia bodega en medio de los viñedos. Si todo va bien, la nueva bodega estará lista en el 2022, la inversión para la construcción de la bodega es de aproximadamente 2 millones de euros.
Los vinos
Los primeros vinos que presentarán, el primero ya lo podemos encontrar en el mercado, son: El Tracte 2017 (100% Cariñena), con una producción de 4.500 botellas; El Camí 2018 (79% Cariñena, 11% Garnacha Negra y 10% Tempranillo), con una producción de 13.250 botellas de 75cl y 200 de 150cl; y la Addició 2018 (88% Garnacha Blanca y 12% Macabeo), con 1.400 botellas.
Actividades paralelas
El reclamo de Bell Cros es que no ofrecen sólo vinos, sino una experiencia completa. En ese sentido, se ha desarrollado un Programa de actividades en medio de los viñedos a lo largo de todo el año con un triple propósito: aprender, hacer y disfrutar. El objetivo es hacer partícipe al consumidor final del proceso de mantenimiento del viñedo y de la elaboración del vino a través de estas actividades inmersivas.
Por otro lado, se está creando una red de proveedores que, bajo el nombre de «Amigos de Bell Cros», ofrecerá a los miembros una serie de beneficios y herramientas comerciales especiales, ajustadas a la tipología y características de cada punto de venta con: la realización de catas y talleres educativos en los locales de los socios, promociones especiales personalizadas para cada establecimiento o la posibilidad de invitar a sus clientes al Programa de actividades en los viñedos de Bell Cros.