Fuente: Claudia Eraso para Vinos y Bodegas
La sommelier Claudia Eraso analiza, en exlusiva para Vinos & Bodegas, mitos y realidades. Además, recomienda 12 etiquetas para descubrir su potencial
Desde hace varios años el mercado local y de los países del Nuevo Mundo han sido dominados por la tendencia de producir vinos varietales, quizás sea por la facilidad de comunicar al consumidor común el lenguaje del vino, también esto ha sido una herramienta de marketing certera para los países emergentes en el mercado mundial.
Actualmente en los restaurantes de la ciudad podemos encontrar extensas cartas que enumeran cantidad de vinos comenzando por el Malbec y siguiendo por otras cepas, pero cuando nos acercamos a la selección de blends son pocas opciones las que se pueden encontrar y pocas veces estos son los vinos sugeridos por algún intrépido sommelier.
Como sommelier de restaurante, habiendo realizado numerosas cartas de Hoteles y Restaurantes, siempre me ha resultado una gran tarea convencer al consumidor temeroso que en un buen blend no hay prácticamente margen de error y sin embargo la negativa es casi inmediata.
Los clientes por lo general piensan que los blend son para entendidos, que son vinos en extremo refinados.
Un blend es, en todo caso, un vino mucho mas fácil de beber, quizás no tan fácil de entender como un Malbec 100% de una región determinada, pero, en definitiva, el vino ha sido creado para disfrutar y saborear, no para descifrar ni desentrañar mensajes ocultos en una botella.
A la larga un blend es mucho más convincente si se quiere aventurar con algo diferente, esta es puntualmente nuestra tarea como comunicadores del vino, tratar de acercar y desmitificarlo en el colectivo de los clientes.
Pero entonces, ¿qué es un blend? El blend o vino de corte de una bodega es una mezcla de uvas que se entienden bien, en diferentes proporciones pero que se complementan, que se potencian entre si. El blend es para un enólogo lo que para un chef un plato elaborado con los mejores ingredientes haciendo uso de toda su inspiración, es una pintura, una canción, es una creación.
Generalmente para esta creación se destina las mejores uvas de la cosecha o, simplemente, las que más gustaron al enólogo. Muchas veces estos cortes se van creando en la cabeza a medida que va madurando la uva, proyectando el resultado final hacia el día de cosecha, otras veces se crean en laboratorios probando porcentajes de diferentes uvas hasta llegar al resultado satisfactorio del grupo de agrónomos, enólogos e inclusive responsables de marketing.
Este año surgieron en el mercado cortes muy interesantes y para sorpresa de muchos no solo el Malbec fue la estrella del mercado, tuvo mucha presencia el Syrah y el tan discutido Merlot, que aunque muchos aseguran que está en extinción en esta vuelta se hace más presente que nunca.
Sin hablar del rey Cabernet Sauvignon, esto afirma una vez mas que Argentina es un país de diversidad en cuanto a cepajes y estilos de vino.
Es muy difícil sintetizar cuáles fueron los mejores blend del año con una oferta tan variada. Luego de una pequeña encuesta ente sommeliers, las conclusiones fueron:
• Dentro de los blancos, sin duda, el destacado del año fue Gran Lurton Corte Friulano 2009 (70% Friulano, 20% Pinot Gris y Viognier, 8% Chardonnay y 2% Torrontés), un vino blanco muy bien logrado y que brinda algo distinto al mercado.
• Otro recomendado es Amauta II 2006 (60 % Cabernet Sauvignon, 40%Merlot).
• El blend de Walter Bressia, Urraca Primera Cosecha 2005 (70% Malbec y 30% Merlot), otro de los preferidos.
• Prestige de CarinaE 2007 encierra un blend de 79% Malbec, 14% Syrah y 7% Cabernet Sauvignon creado por Michell Roland, y con un corte similar utilizando las mismas uvas el Barlet II de Atilio Avena (63% Malbec, 9% Syrah y 28% Cabernet Sauvignon).
• El Cuvelier de los Andes, Grand Vin 2008, corte de 70% Malbec, 10% Cabernet Sauvignon, 10% Merlot y 10 % Petit Verdot que año tras año gana adeptos.
• Un gran recomendado es el Monteviejo 2007, un excelente corte de 70% Malbec y 30% Syrah de manos del prestigioso enólogo Marcelo Pelleriti.
• Destacable el nuevo corte de Alma Negra IV, todos sus blends son un misterio, en éste se puede descubrir que en su corte hay Bonarda, otra de las grandes uvas que se exhibe como estandarte.
No se puede dejar de mencionar a los grandes vinos insignia que desde siempre se destacaron por encima de todos los vinos argentinos, Trapiche Medalla 2006, Enzo Bianchi 2005, Felipe Rutini 2004, que cada año nos vuelven a sorprender, pero esta vez uno de los favoritos fue el O. Fournier 2006 que este año brilló con un potente corte de 50% Syrah y 50% Cabernet Sauvignon.
Por Claudia Eraso
Miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers
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