Sin categoría

Calentarnos por el calentamiento global

A raíz de las catástrofes naturales producidas recientemente alrededor del mundo, es momento de que cada uno reflexione desde su lugar sobre un tema polémico del que todos estamos al tanto, pero por el que casi nadie hace nada al respecto: el calentamiento global.

Hace un par de meses, junto a otros colegas, asistí a las oficinas de la consultora internacional PricewaterhouseCoopers para participar de la presentación de un estudio que le encargó el gobierno británico sobre los efectos del cambio climático en la industria vitivinícola de la Argentina y de Chile. Lo más llamativo no es que un país tan distante se preocupe por el futuro de nuestros vinos, sino que el nuestro no lo haga. Si bien es cierto que agrónomos y enólogos están trabajando en equipo desde hace algunos años porque saben que la calidad nace en el viñedo y ven que el clima está cambiando, a esta altura no es suficiente más allá de que puedan optar por incursionar en otros terruños más al sur, invertir en riego por goteo para solucionar el tema de la gran deficiencia hídrica, aplicar correctivos permitidos en bodega… Tampoco alcanzan los intentos esporádicos de algunos sectores interesados, porque se sigue elevando la temperatura de la tierra por la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernadero.
El creciente uso de combustibles fósiles y los cambios en la utilización del suelo son factores que han emitido –y continúan haciéndolo– diferentes gases, tales como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el dióxido de nitrógeno (NO2). A priori, esto para muchos no significa nada, pero la temperatura media de la tierra aumenta cada año, básicamente por la combustión de los autos, los equipos de refrigeración y la industria del aluminio. ¿Qué tiene que ver todo esto con el futuro del vino? Muchísimo, porque la vid es una planta de ciclo anual que madura gracias a la influencia climática; por lo tanto, si el clima se modifica, los vinos también. Hasta el momento, los cambios más bruscos se daban en Europa y eso hacía que la calidad de las cosechas variara al igual que los precios. Pero el marketing arregló todo y es por eso que los champagnes de añada son los más caros y que los de cosechas más recientes pueden duplicar el valor de otras anteriores. Aunque hoy el problema es mucho más grave. El estudio citado analizó todos estos efectos al 2050, año en el que muchos probablemente ya no estemos, pero sí nuestros sucesores, con lo cual es el momento para empezar a trabajar para que aquellos que vivan en las décadas siguientes puedan tener a mano las soluciones.
Si bien este trabajo de PricewaterhouseCoopers se centra, por ahora, en el factor climático, demuestra que es imperioso profundizar en la investigación, no sólo para que el horizonte sea el 2100, sino para poder encontrar las mejores herramientas para enfrentar a la naturaleza. Tal vez las soluciones propuestas en este estudio pueden parecer un poco utópicas; sin embargo, no hay dudas de que la concientización es la más importante y real. Sólo así se puede aspirar a combatir con éxito el calentamiento, porque los principales responsables somos nosotros mismos.

Es curioso que mientras más nos refrescamos durante las épocas de calor más subimos el termostato del planeta. Y si bien no significa que debamos apagar para siempre los equipos de aire acondicionado, hay mucho que podemos hacer. Ya no se trata de ver cómo hacemos para que los vinos argentinos no sean tan alcohólicos, sino de qué podemos hacer para que en los siglos venideros puedan seguir disfrutando de nuestros ejemplares como lo hacemos nosotros hoy, algo que lograron nuestros antepasados.
A decir verdad, no sé si ellos tuvieron que luchar contra algo similar, pero de lo que estoy convencido es de que se esforzaron más de la cuenta para que nosotros podamos seguir brindando con buenos vinos argentinos. Somos los únicos que podemos encontrar la solución a este grave problema: sólo tenemos que calentarnos por el calentamiento global.

Fuente: El Conocedor (Arg) – Fabricio Portelli.

Deja una respuesta