Esta excelsa variedad, tiene su origen en el Valle de Loira, en Francia, más precisamente de Anjou, calculando su origen por el siglo X, a partir de la selección del chenin noir, extendiéndose hata llegar a Touraine, de donde aparentemente provendría su denominación, por el Mont Chenin.
Existió una confusión con este cepaje, ya que se la conoció como una pinot blanca, pero en realidad su denominación correcta derivaba del pineau de la loire, todo esto trajo una relevante discusión, ya que en francés pinau y pinot, se pronuncia del mismo modo, o sea “pinó”, y era también denominada pineau d’Anjou.
Es una variedad que es muy resistente a las enfermedades, que crece muy bien en climas cálidos, que tiene un brote muy temprano, y que los suelos que resultan adecuados, pueden ser tanto arcillosos, como arenosos, sin embargo a pesar de todo esto, tiene cierta susceptibilidad a la pudrición de racimo y a la quemaduras solares.
Tan delicada, y tan versátil, ya que entrega unos vinos espumosos realmente fascinantes, semisecos, secos y unos vinos licorosos, con una gran concentración de azúcar, elaborados a partir de uvas de vendimias tardías. Tanto el racimo, como sus bayas, tienen un tamaño mediano, las características aromáticas son a nueces, avellanas, miel y notas de durazno, damasco, ananá. Tiene una buena acidez y frescura, siendo en general vinos muy ligeros, es muy popular entre los vinicultores del Nuevo Mundo, dándose muy bien, por ejemplo en Sudáfrica.
A este genial cepaje, se lo puede acompañar con unas costillitas de cerdo al limón, una merluza a la romana, y hasta algún pollo a la crema con mostaza, está todo para disfrutarlo, solo falta la ocasión, que sea sumamente placentera..Bon Appetit!
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