La producción de vino en China ha aumentado un 15% anual en los últimos tres años. Se recomienda la diversificación del producto para mantener el “desarrollo saludable” de la industria, según un estudio de la Radio Internacional de China.
Las plantaciones de uva en las principales provincias productoras del gigante asiático (Shandong, en el este, Hebei, junto a la municipalidad de Pekín, y las provincias noroccidentales de Gansu, Xinjiang y Ningxia) se han expandido rápidamente, para satisfacer la creciente demanda, sobre todo, en las grandes ciudades del país.
Sólo en la provincia de Shandong, más de 30.000 agricultores venden uva a las principales compañías vitícolas chinas, según un estudio del Centro para la Supervisión e Inspección de la Calidad del Vino Nacional en China, que asegura que la industria debe “crear productos más diversificados para mantener su desarrollo saludable”. China espera llegar a producir 800.000 toneladas de vino en 2010, desde las 434.000 que sumó en 2005, año en que importó 53.000 toneladas.
A pesar de que el vino comienza a popularizarse cada vez más entre la población urbana china (frente a cervezas y aguardientes tradicionales locales, todavía de consumo mayoritario), el consumo per cápita de vinos es de tan sólo 0,3 litros por año, el 6 % de la media mundial.
Para dar respuesta a esta nueva demanda de sus ciudadanos, China está impulsando la producción de caldos locales, bajo marcas como Zhangyu, Great Wall, Dynasty y Weilong, que entre las cuatro suman la mitad de la producción nacional total.
Para la producción de vinos locales, China está utilizando granel extranjero, subsector en el que España, que compite por precio, cuenta con casi el 50% de la cuota de mercado mundial.
Entre los vinos extranjeros, cuya distribución está monopolizada por cerca de una decena de grandes importadores, el embotellado de importación se destina sobre todo a Shanghai (50%) y Pekín (25%), y el resto especialmente al sur del país, sobre todo la provincia de Cantón, junto a Hong Kong.
Entre los vinos extranjeros, cuya distribución está monopolizada por cerca de una decena de grandes importadores, el embotellado de importación se destina sobre todo a Shanghai (50%) y Pekín (25%), y el resto especialmente al sur del país, sobre todo la provincia de Cantón, junto a Hong Kong.
En el mercado chino, mientras los vinos embotellados franceses acaparan los precios mayores en los segmentos de lujo, vinos de calidad y más baratos, como los chilenos, argentinos o surafricanos están consolidando su lugar en hoteles y restaurantes, mientras los españoles tratan de hacerse un hueco entre ambos nichos de mercado.
Fuente: EFE
Fuente: EFE