Fuente: La Mañana de Neuquén
En el mercado Argentino hay muchas etiquetas de vino. Cómo saber elegir las que no fallan. Hay que tener en cuenta al menos 5 puntos básicos.
De pie frente a la góndola del supermercado la sensación es de vértigo: en cualquier estantería promedio hay al menos medio centenar de etiquetas dispuestas para tentar al comprador. Y el comprador, por definición, es fóbico al riesgo y al vértigo.
Para evitar esa sensación de rechazo, lo ideal es seguir algunos de los 5 consejos:
1. Elegir por región
La zona de origen de un vino es un certificado de calidad. Lo que hay que tener en cuenta es que en las regiones muy cálidas –como San Juan o el Este mendocino- lo ideal es comprar vinos del año, sean tintos o blancos: 2008 y pronto 2010. Mientras que los que provienen de zonas más frías –como Luján de Cuyo, Valle de Uco o Patagonia- siempre es mejor que sean de al menos la cosecha anterior. Es decir, hoy conviene comprar vinos 2007 o 2008 y en menor medida 2009.
Las razones son simples: las zonas cálidas dan excelentes vinos jóvenes y las frías vinos que mejoran con la crianza en botella.
2. La Variedad
Si bien el tipo de uva es un commodity que cambia según la trabaje cada bodega, cierto es que a la hora de elegir el tipo de uva resulta una guía útil:
• Para vinos ligeros y aromáticos, variedades como Sauvignon Blanc y Torrontés andan bien en blancos; mientras que en tintos Pinot Noir, Sangiovese y Bonarda son las que hay que elegir.
• En tanto que para vinos de cuerpo un Chardonnay o un Semillón son las variedades blancas para comprar. Y en tintos, Cabernet Sauvignon, Tempranillo y Malbec.
• Para un punto medio, Syrah y Merlot serían buenos ejemplos.
3. El precio:
En el mercado doméstico, comprar un vino entre 20 y 40 pesos es ponerle una ficha segura. Menos, puede que no resulte a la altura de las expectativas; más, se corre el riesgo de sentirse estafado si luego el vino no cumple. En ese rango es donde se encuentran la mejor relación precio calidad y la seguridad para el bolsillo.
4. La Marca:
Es verad que hay vinos muy conocidos –Rutini, López, Luigi Bosca- clásicos de la vieja guardia del vino argentino. Pero también es cierto que hay nuevas etiquetas que valen la pena. Por ejemplo, Chakana, Saurus, El Esteco, Estiba I, son buenas garantías de calidad. No hay que dejarse llevar por diseños rococó ni exagerados, suelen ser cazabobos. La sobriedad y la gracia son índices de cuidado del producto.
5. Las condiciones de la botella:
Para evitar problemas de defectos es imprescindible mirar bien la botella. No tiene que tener pegotes, ni estar manchada de vino, ni tiene que tener polvo acumulado en sus hombros –significa que lleva mucho tiempo de pie-, ya que son todos índices de puede estar en mal estado. Si ningún síntoma de estos se presenta, la botella ha pasado el test y está en condiciones de ser comprada.
Con todo, aún se puede pifiarla en el intento. Paciencia, la próxima no fallará. La gracia del vino es justamente esa: aprender bebiendo por ensayo y error. Y un intento a favor o en contra no le cambia la vida a nadie.