Autoridades investigarían a importadores que comercializan con marcas propias luego de detectar que exportadores franceses vendían vino barato como premium
Los ecos del escándalo del Pinot Noir se van a multiplicar en la prensa de Estados Unidos.
El escándalo se inició cuando unas doce cooperativas de Francia fueron condenados en el Tribunal de Carcassonne y fueron sometidas a altas multas por fraude: de 2006 a 2008 vendieron 18 millones de botellas de vino haciéndolas pasar por Pinot Noir.
Sin embargo, se trataba de una mezcla de Syrah y Merlot baratos de la zona.
Los envíos los realizaron a E&J Gallo, la mayor bodega de Estados Unidos, que a su vez vendía estas botellas bajo la marca Red Bicyclette.
Ahora, un artículo del Washington Post destaca que «el Pinot-Gate podrá incluir mas marcas», según destaca el sitio español Diario del Vino.
Como lo temian los productores franceses que reclaman inocencia ante el hecho doloso protagonizado por «un grupo doshonesto» de sus compatriotas, la prensa de Estados Unidos da cuenta ahora de una investigación a los importadores norteamericanos que venden vinos como Pinot Noir con marcas propias.
En este orden, no sólo E & J Gallo estáría en la mira de la investigación encarada por Departement of the Treasury Alcohol and Tobacco Tax and Trade Bureau, sino también la misma Constellation y, se especula, otras empresas que hubieran realizado operaciones similares.
«El escándalo de fraude en el vino francés cruzó el Atlántico esta semana, cuando los reguladores federales dijeron que están investigando importadores de EE.UU. que vendió vino francés Pinot Noir que estaba hecha a partir de uvas diferentes», dice el artículo del Washington Post.
Según cita el diario, un portavoz del Departamento, Arthur Resnick, sostuvo que «Bajo nuestras leyes, los importadores son responsables de la aprobación de las etiquetas de modo que son responsables de lo que sucede en las botellas».
Sin embargo, el tema también se analiza desde otros ángulos, y algún medio abre un abanico de posibilidades sobre de quién es realmente la culpa de que un vino ofrecido como Pinot, pueda decepcionar al ser aceptado como tal en un país donde este varietal tiene una relación casi de culto con los consumidores. Viene a la memoria la gran explosión de consumo que generó la película Sideway (Entre Copas).
A la pregunta del millón -¿cómo es que no saben que esto no es Pinot Noir?- según Jon Bonné del San Francisco Chronicle, un portavoz de Gallo respondió: «No hay manera de probar el vino químicamente para determinar su composición varietal con certeza».
Curiosa referencia: todos las apelaciones de Marketing del vino -incluso las de Red Bicyclette- giran en torno a los sentidos y ahora -súbitamente- la autenticidad de un varietal requiere de una evaluación química.
También Wine Spectator tiene palabras que exculpan a Gallo: «No hay ninguna prueba que Gallo supiera del fraude», dice.
El mismo Bonné sugiere una responsabilidad en los compradores al expresar mas o menos lo siguiente: «Hasta que se acepta que algunos vinos no pueden hacerse a bajo precio, nos están vendiendo el vino que nos merecemos», según Diario del Vino.
O lo que es lo mismo: «Si no tiene para comprar un Pinot Noir, no compre cualquier Pinot Noir». Es decir, una especie de inversión de la prueba en términos jurídicos.
Con este argumento cualquiera puede eludir su responsabilidad como vendedor con sólo adherir a este enunciado.
Fuente: IProfesional – Vía Cavaargentina.com