En la primera parte de esta nota Copas… vimos que el vino siempre se debe de beber en copas, la cuál no debe llenarse en exceso. El talle de la misma ha de ser lo suficientemente largo para no calentar con la mano el cáliz, y el material más adecuado es el cristal fino y transparente, sin dibujos o colores.
Ahora bien, como ya dijimos, para obtener una experiencia sensorial plena debemos tener sumo cuidado en la correcta elección de la copa.
El vino añejo requiere una copa con boca ancha y fondo pequeño.
Los vinos jóvenes precisan un fondo más grande y una boca más cerrada.
Los vinos espumosos y champanes deben servirse en copas aflautadas o ‘fluté’, que son altas, delgadas, de fondo pequeño y cónicas en la parte superior. Este tipo de copas son adecuadas porque permiten que el vino no pierda su efervescencia y sus aromas se aposenten.
El vino blanco y tinto pueden servirse en la misma copa, pero lo ideal es que la copa del vino tinto sea algo más grande, debido a que es un vino de sabor más fuerte y necesita moverse para poder respirar.
La copa de brandy o cognac es la copa que se sujeta con la palma de la mano, calentando el contenido y haciendo que el bouquet salga.
Nunca se debe llenar demasiado una copa debido a que el vino precisa de espacio suficiente para respirar y liberar su aroma.
Seguro que siguiendo estos consejos podrás comenzar a disfrutar del vino con todos tus sentidos.
Fuente: El Gran Catador
Link a la nota: http://www.elgrancatador.com/2009/06/29/las-copas-fundamentales-para-disfrutar-del-vino-ii/