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David Palacios, presidente de la D.O. Navarra: «Es el momento de crecer en valor, más que en producción»

El recién reelegido presidente del Consejo Regulador nos revela las líneas maestras de la Denominación de Origen Navarra para los próximos años
David Palacios, presidente del Consejo Regulador de la D.O. Navarra

Por unanimidad, David Palacios Algarra acaba de ser reelegido como presidente de la Denominación de Origen Navarra. Reforzar el trabajo ya hecho, impulsar la internacionalización sin olvidar los mercados más próximos, conectar aún más con los jóvenes e impulsar el enoturismo son algunas de las líneas maestras que desgrana en esta entrevista.

Tras ser reelegido, habló usted de ilusiones renovadas, con la misma responsabilidad que al inicio del anterior mandato y con el «ánimo de revisar lo realizado hasta ahora» ante los nuevos retos. ¿Cabe interpretar esto como una autocrítica?

La autocrítica necesaria para conocerse uno mejor. Siempre hay que hacer balance, evaluar y analizar lo realizado. Creo que estos últimos cinco años nuestro trabajo ha dado muy buenos frutos y estamos satisfechos. Pero es hora de revisar y tomar nuevos impulsos insistiendo en aquello que funciona y afrontar otros caminos para llegar a distintas metas marcadas a largo plazo.

¿Cómo está la situación de mercado para la Denominación de Origen Navarra?

Nuestros vinos son en la actualidad referentes en nuestra zona de influencia y como tal queremos seguir afianzándonos. Uno debe ser profeta en su tierra y por lo tanto, no debemos olvidar nuestro mercado más cercano, pero también hay que reforzar nuestra presencia en el ámbito nacional con productos como el vino rosado que continúa siendo el líder dentro de nuestras fronteras. Todo ello, en equilibrio con una estrategia adecuada para la internacionalización de nuestra marca. Mantenemos los mercados exteriores tradicionales y estamos abriendo puertas en países muy interesantes.

Ahora tienen a Alemania, Reino Unido y China como principales destinos de exportación. ¿Son mercados consolidados? ¿El esfuerzo que hacen repercute lo suficiente?

Sí, parte de ellos están consolidados y además creciendo. Es el caso de China, donde los incrementos de venta son todos los años muy importantes. En estos mercados sobre todo crecemos en valor si ponemos la mirada en los vinos que nos demandan, que son categorías superiores y vinos blancos. Pero también tenemos que afianzarnos en países emergentes como México y Brasil, en los que en los últimos años se ha crecido. Éstos últimos son un objetivo inmediato.

¿Con muchas expectativas?

Sí, se ven como oportunidad. Son países emergentes, no únicamente por su economía sino también en el consumo de vino. No tienen ninguna idea preconcebida y están muy abiertos a probar diferentes vinos. Los de nuestra denominación de origen son muy apreciados por los paladares noveles de esos nuevos mercados.

Habla de llegar al público joven. ¿Observan interés en ese sector de la población en el vino?

Desde la D.O. Navarra hace más de diez años que se trabaja en llegar a nuevas generaciones de consumidores, ofreciendo actividades jóvenes, con una comunicación desenfadada, a través de la formación, pero desmitificando el vino, que es un valor cultural en nuestro país. Vemos que cuando hablamos su lenguaje y lo atraemos al apasionante mundo del vino de forma divertida, organizando eventos que van con su forma de ser y de disfrutar, es un segmento de la población que aprecia el vino como una bebida para disfrutar con moderación.

Los vinos de la D.O. Navarra tienen gran proyección de mercado

Además, la están consumiendo no únicamente en los momentos tradicionales, como podrían ser la comida o la cena, sino también en los momentos de ocio y de disfrute, antes de la comida o la cena o después de cenar. Es un público que cuando trabajamos con él y lo formamos, con un consumo razonable y moderado, disfruta y nos lo devuelve con creces. Con la D.O. Navarra está respondiendo muy bien porque se suma a sus valores.

Define el rosado como punta de lanza en el mercado. ¿Es una apuesta para distinguirse del resto de denominaciones?

Sin ninguna duda. A Navarra se la conoce por la calidad de sus vinos, pero si algo nos da proyección son los rosados. Son nuestro buque insignia. Se nos reconoce como una tierra productora de muy buenos rosados y hay que aprovechar el tirón que se está produciendo en este tipo de vinos, que están aumentando su consumo. Además de ser un vino de muy alta calidad tal y como se elabora en nuestra región: sistema de sangrado de mostos y sólo con uva tinta, es un vino que nos puede proporcionar muchas alegrías a la hora de atraer los nuevos consumidores.

¿Se pueden considerar desterrados los prejuicios que había años atrás sobre los vinos rosados?

Aunque cada vez vemos cómo más gente consume rosado, todavía está por redescubrir del todo. Y es que en cuanto a los maridajes, a posibilidades gastronómicas, es uno de los vinos más versátiles. Puede acompañar carnes, verduras, pescados, verdura, pasta, pizza, comida oriental… Tiene unas posibilidades impresionantes.

En la cocina está aún un poco por redescubrir, pero el consumidor ya lo demanda. Lo vemos en esta época del año, en primavera y verano. Es un momento muy óptimo para su disfrute porque se consume a una temperatura más fría y es un acompañante ideal en las terrazas de verano.

¿La D.O. tiene potencial de crecimiento en cuanto a superficie, número de bodegas… o ya ha tocado techo?

No ha tocado techo ni suelo. Contamos con una superficie de viñedo y una producción de uva acorde a nuestra comercialización de vino. Y eso es lo ideal para todo mercado y para toda denominación de origen, que exista un equilibrio entre la oferta y la demanda.

Sede del Consejo Regulador de la D.O. Navarra

Por supuesto, hay que potenciar la D.O. porque su zona de acción es muy amplia y en un futuro se podría crecer. Pero sobre todo ahora lo que nos toca es crecer en el valor y consolidar los mercados, más que crecer en producción.

Esa apuesta, que al final es la de la calidad, ¿tiene recompensa rápida o requiere mucha paciencia?

La apuesta por la calidad tiene recompensa rápida en muchos aspectos y a largo plazo en otros. Para nosotros no hay opción, sólo hay un solo camino, el de la honestidad con el consumidor y no nos importa tener que esperar, tener paciencia porque pensamos a largo plazo. Ese es el valor de una denominación de origen, garantizar y certificar esa calidad de hoy y la del futuro. Así se expresa la identidad de un vino, que es la representación de la personalidad de un territorio concreto. Nuestros vinos son como nuestra región y como nuestras gentes.

En ese sentido, el Consejo Regulador puede ser una herramienta muy importante para no diluirse en un mercado con muchas opciones. ¿Cuentan con un grado de implicación adecuado por parte de las bodegas y demás agentes del sector?

A los consejos reguladores al final nos corresponde crear la marca de la región aglutinando a todos los operadores, a las bodegas que están elaborando en cada zona y a los productores. En gran parte de las acciones de la D.O. Navarra vamos siempre acompañados con las marcas, con las bodegas, porque entendemos que son las verdaderas locomotoras de la denominación de origen.

Nuevo pleno del Consejo Regulador de la D.O. Navarra

Nosotros vendemos región, una tierra, una historia, pero los vinos también tienen que venderlos las propias bodegas. Y en la D.O. Navarra todas las bodegas conocen la importancia de la comunicación y del marketing. Saben de la relevancia de estar en el día a día en contacto con el consumidor para contagiarle su ilusión, su trabajo y su esfuerzo y hacerlo partícipe de ello.

Dentro de esa creación de identidad vinculada a un territorio, el enoturismo tiene un protagonismo muy destacado. ¿Cuentan con algún plan estratégico?

Es uno de los grandes objetivos de los próximos años. Ya estaba creada la Ruta del Vino de Navarra y en los últimos meses se ha ampliado a toda la zona de producción. Antes estaba limitada a una parte.

Tenemos que sacarle aún más partido porque eso nos fortalece como Ruta del Vino y como Denominación de Origen. Es uno de nuestros grandes patrimonios. Quien viene a Navarra viene a disfrutar de su gastronomía, su historia, su gente y sus paisajes, que son muy diversos también. Todo eso lo podemos armonizar y fusionar en torno al vino y tener una experiencia completa para el recuerdo. El vino está presente en el arte, en la gastronomía, en los paisajes en los que se ubican nuestros viñedos. Todo ello podemos enlazarlo a través de nuestra Ruta del Vino.

¿Se atrevería a darnos una propuesta enoturística clásica y otra más alternativa?

Navarra es un auténtico tesoro enoturístico. Porque tiene una geografía muy particular. En tan sólo 100 kilómetros podemos viajar del principal desierto de Europa a los Pirineos. En este contexto, imagine las múltiples propuestas más o menos tradicionales. Así, una sugerencia clásica y a la vez innovadora puede ser amanecer en la montaña de Navarra, para disfrutar de un almuerzo al aire libre, en un magnífico hayedo con un blanco Navarra, con esos vinos tan frescos y que tanta identidad nos dan. Luego sin duda tendríamos que desplazarnos a la zona media de Navarra para poder disfrutar de su historia, del Palacio de Olite, del Museo de la Viña y del Vino, o de otras localidades medievales como Ujué o Artajona para comer un cordero al chilindrón con un noble tinto. El atardecer en las Bardenas Reales es un auténtico espectáculo. Una imagen que se inmortaliza con un rosado. Y la cena en Tudela con el patrimonio de verduras y hortalizas que tenemos en la Ribera de Navarra.

Usted continúa como presidente de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas. ¿Qué objetivos debe atender con mayor urgencia?

Ahora estamos en una fase de expansión como organización, tanto interna como externa. Queremos seguir afianzándonos como interlocutores del sector con los diferentes ministerios con los que estamos implicados.

Vienen nuevos retos para el sector, como la reforma de la Política Agraria Común (PAC), la ley de consumo de alcohol en menores o normas de etiquetado a nivel europeo. En este contexto, la CECRVestá trabajando mano a mano con otras organizaciones del sector y con otras entidades e instituciones europeas para defender el vino y que en ningún momento se vea perjudicado, sino fortalecido con esas medidas.

¿Considera que es posible que el sector no acabe siendo víctima del marco normativo que se avecina?

Por supuesto que puede ser una víctima. El sector del vino estará a la altura de la situación y a la demanda de la sociedad y de las normativas que vienen, con una mayor transparencia para facilitar al consumidor el conocimiento del producto. El vino al final es la transformación de un fruto, la uva, en una bebida. Es algo totalmente natural. No tiene más misterio

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