El nuevo diseño refleja la esencia y la filosofía de esta bodega de la D.O. Rías Baixas que lleva 33 años sorprendiendo con la calidad y singularidad de sus vinos.
Castrelo (Cambados), 10 de junio de 2021
La bodega Condes de Albarei presenta la nueva imagen de su buque insignia, el albariño Condes de Albarei. La bodega, situada en pleno corazón del Valle del Salnés, emprendía con este vino un sueño en 1988. Con él llegaron los primeros reconocimientos y logros que han ido creciendo con el paso de del tiempo. Un albariño que conserva ese buen hacer de sus primeras botellas y esa calidad que prevalece con el paso de los años.
El nuevo diseño del albariño Condes de Albarei acoge los valores de una bodega que apuesta por el presente, por los nuevos tiempos, siempre con una máxima indiscutible: la calidad de sus vinos.
El elemento central de la nueva etiqueta de Condes de Albarei es la circunferencia que representa a la uva albariño. La razón de ser de la bodega. El mimo y trabajo que los viticultores dedican a sus viñedos para conseguir una uva excelente.
En esta nueva imagen el albariño Condes de Albarei también deja plasmada su esencia que le viene dada por el privilegiado enclave en el que está situada la bodega: las Rías Baixas, el valle del Salnés. Su ría de Arousa y el océano Atlántico.
La ría, presente en el color verde de la botella y en su etiqueta. Ese verde tan singular que solo puedes contemplar cuando te acercas a su orilla y te dejas maravillar por los diferentes tonos que desprenden sus aguas. El océano Atlántico, tan dentro del ADN de sus vinos y que deja su sello en esta etiqueta en las ondas doradas de la parte inferior de la misma. Océano y ría, fiel reflejo del paisaje que acompaña a los viñedos de Condes de Albarei.
La nueva imagen de este albariño es el reflejo de lo que es Condes de Albarei, y de lo que esta bodega, situada en Cambados, ha ido forjando con los años. Un vino, el albariño Condes de Abarei, que sabe a Rías Baixas, y que transmite el cariño, ilusión y pasión que estos viticultores ponen en sus pequeñas parcelas, mimándolas con esmero para, finalmente, ver recogido todo ese esfuerzo en una botella que hoy presentan.