El único producto parecido al vino de Malaui lo producen desde hace más de 10 años Tim y Margaret Ngwira en las bodegas de Vinos Linga. No se fabrica con uvas, sino con frutas locales como la flor de Jamaica, la mora, la fresa, el melocotón, la guaba o el tamarindo.
Cada mes se puede visitar la pequeña bodega situada a la espalda de su casa en el área 3 de la ciudad de Lilongüe. Por poco más de 5 euros, la visita incluye una cata de los distintos vinos, dos botellas de 300 mililitros y algún dulce recién horneado junto con un café.
Desde 2002, fecha en la que registraron la marca Linga Wines (Vinos Linga), el boca a boca ha hecho que sus productos se den a conocer en todo el país. Aunque no pueden competir con las grandes importaciones de vino sudafricano, sus botellas comienzan a ofrecerse en distintos hoteles de Lilongüe y Blantyre, además de aparecer en los mostradores de distintos establecimientos. El Ministerio de Turismo también se ha interesado por la bodega, a la que pide distintas muestras para regalar durante los viajes oficiales.
En realidad, la producción en casa de los Ngwira comenzó mucho antes. Tim abarrotaba la cocina con botellas y trastos como pasatiempo en los ratos libres entre sus clases de bioquímica. Esta afición le surgió gracias a Tom Colvin, misionero escocés amigo de la familia, que fue quien casó a la pareja. Colvin confío a Tim su producción de licor artesanal para la comunión de sus fieles en Tim. Sin embargo, este se vio sobrepasado por la cantidad que sus compañeros de universidad le demandaban. Fue entonces cuando comenzó a cobrar una pequeña cantidad dando lugar al origen de esta andadura comercial.
Linga Wines cuenta también con un carácter social. Fomenta el apoyo a la agricultura local. Todas las frutas provienen de campesinos de distintos puntos de Malaui, que están agradecidos de formar parte de la única producción de este tipo del país. Lo único extranjero son las botellas y la levadura procedentes de Sudáfrica, mientras que los tapones son recibidos desde el Reino Unido.
Margaret y Tim no se plantean exportar de momento. Son conscientes de sus limitaciones y su pequeño stock no da para satisfacer las demandas de los consumidores extranjeros. La penosa situación del kwacha, moneda local, y las trabas administrativas son otros factores que complican esta posibilidad. Además, en Europa no podrían darse a conocer como vino, ya que las regulaciones europeas cuentan con el nombre registrado para bebidas exclusivamente procedentes de la uva.
Así, Linga Wines opta por satisfacer el mercado malauí y seguir abasteciendo a un largo número de iglesias que se cuentan como sus principales clientes. A pesar de que sus botellas han viajado a los Estados Unidos, Australia, Europa y a otros lugares de África, prefieren ir “pasito a pasito” y cambiar la tendencia en un país donde la cerveza es la gran protagonista y el consumo de vino está considerado como una bebida exclusivamente femenina.
Fuente: El pais