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El vino de las Supervivientes


‘Le Vin Violette’ nace para ayudar a mujeres maltratadas y contribuir con su venta a paliar los recortes en política de igualdad


«La tarde que me fui de mi casa lo hice porque vi una mirada de muerte en sus ojos. Antes de irse a trabajar me dijo: vas a ver ahora que regrese en la noche, hija de la chingada, vas a sufrir. Agarré a mi niña, denuncié y me fui a un refugio. Andaba con un machete buscándome por las casas de mis familiares y amigos para matarme; las amenazas, los insultos y las presiones a mis conocidos eran constantes, intentó encontrarme para matarme pero no lo consiguió, porque estoy viva, más viva que nunca». Antonia Ávalos Torres era profesora de universidad de Historia y Antropología en México. Ahora vive en Sevilla, dice que ya no es una víctima, ahora es superviviente y desde hace cinco años se preocupa y ocupa de ayudar a superar el miedo de otras mujeres, «que lo tienen dentro, como yo lo tuve, se agarra en las entrañas y no te deja mirar, no te deja ver, ni actuar».

Con ella están, al frente del colectivo Mujeres Supervivientes de Violencia de Género, Nerea Sanchís, Carmen Sánchez y Amanda Conde. Antonia Ávalos es profesora y presidenta de la asociación Mujeres Supervivientes y Nerea Sanchís es psicóloga y secretaria de dicho colectivo. Ellas escaparon del maltratador. Se encontraron ‘en el camino’ y decidieron constituir una asociación para dar apoyo a mujeres que viven situaciones similares a las que ellas vivieron. Sin ayudas ni subvenciones de la administración, su proyecto se sostiene gracias a una red de voluntarios, con sus propios recursos económicos, en algunos casos provenientes de las prestaciones por desempleo, de sus ahorros, de sus padres y familiares, de algunas socias que tienen empleo y realizan aportaciones o de la solidaridad de entidades y colectivos como USTEA, Mujeres de Negro o Asamblea de Mujeres Diversas y la Universidad de Sevilla y la Universidad Pablo de Olavide, con las que han firmado un convenio de colaboración para realizar prácticas en la entidad.

La asociación atiende al año a 1.200 mujeres víctimas del maltrato. Las reciben con un abrazo, desde la empatía y el respeto. Conocen la metodología y la teoría, pero la hermandad y el respeto, la complicidad, hace que confíen en ellas de inmediato y se inicie el proceso para convertirse en superviviente. El pasado 29 de abril el colectivo dio un paso más y presentó en sociedad el denominado ‘Le Vin Violette. Cosecha de Mujeres Libres’, un vino elaborado en la Sierra Norte de Sevilla cuyos beneficios de la venta irán destinados a financiar proyectos del colectivo, entre los que se cuenta un comedor social para víctimas de la violencia de género y sus hijos que no cuenta con ninguna ayuda pública. Se trata de un vino ecológico de gran calidad, reserva del año 2007, hecho realidad gracias a una alianza con una productora de vinos ecológicos de Cazalla de la Sierra en Sevilla, Colonias de Galeón, dirigida por Julián Navarro y Elena Vigueras, y ubicada en la Sierra Norte de Sevilla que cuenta con un merecido prestigio y reconocimiento tanto nacional como internacional por la calidad de sus vinos.

‘Le Vin Violette. 2007’ nació de una iniciativa asesorada por Acción contra el Hambre a través del Proyecto de Emprendimiento Social para ONG en Andalucía. Es un tinto monovarietal 100% Cabernet Franc de viñas plantadas en el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla. Las viñas siguen las ondulaciones del terreno y se disponen siguiendo las curvas de nivel a fin de evitar la erosión, con pendientes medias del 20% y una altitud de 700 metros. Los suelos son de textura franco-arenosa, pobres en materia orgánica con un fondo de piedra pizarrosa, con buena capacidad de retención de la humedad. La pluviometría está entre 600 y 1000 mm. La viña se cultiva de manera respetuosa con el entorno, se realiza una agricultura ecológica certificada, CAAE (Comité Andaluz de Agricultura Ecológica) siguiendo algunos principios de agricultura biodinámica así como prácticas locales tradicionales, procurando seguir los ciclos naturales. De la Cabernet Franc se dice que es la variedad de uva mas femenina, probablemente de origen bordelés, pues da lugar a vinos suaves, sus taninos son amables y sus aromas mas distintivos recuerdan las moras, pero sobre todo las violetas.

‘Le Vin Violette’, destinado sobre todo a la hostelería, se vinificó a temperatura controlada entre 22 y 27º y se bazuqueó dos veces al día. La fermentación maloláctica se hizo en barrica. Después se trasegó a barricas nuevas de roble francés, de tostado medio donde se dejo evolucionar durante doce meses. El resultado es, explican los expertos, un vino de un bonito color rojo rubí de capa media con ribete burdeos, a la vez que limpio y brillante. Nariz muy aromática y compleja, con recuerdos a pizarra, a frutas rojas y negras, violetas, sotobosque, canela, lavanda, toques de cacao amargo y destellos de trufa, puro terruño. En boca, es amplio, elegante, aterciopelado, suave, seco a la vez que complejo. La madera, los taninos finos y la fruta están muy bien ensamblados y en perfecto equilibrio. Con un postgusto muy persistente y prolongado. Cada botella está etiquetada por las ‘supervivientes’. La primera cata fue un éxito y contó con un centenar de invitados. «Vendimos 60 botellas», indica Ávalos. El vino se vende por 10 euros a través de la página www.mujeressupervivientes.org. El colectivo está en proceso de formalizar la Cooperativa de Mujeres Libres. Un productor de Viena se ha puesto el colectivo porque quiere comercializar allí este vino ecológico.

«En Mujeres Supervivientes compartimos la firme creencia de que el vino, además de ser símbolo de gastronomía, cultura, amor, celebración, sensualidad y un largo etcétera, también puede ser vehículo para la sensibilización, el compromiso, el activismo y la transformación social», explica Antonia Ávalos. «Con la compra de cada botella de vino estaremos contribuyendo a la sostenibilidad de un proyecto social que implica la transformación y el cambio en la vida de las mujeres, el empoderamiento de éstas y a la eliminación de la violencia. Es un vino lleno de ilusión, de miradas, de proyectos, un vino lleno de vidas, de todas las vidas de las mujeres. De todas». El nombre de ‘Le Vin Violette’ (el vino violeta) hace honor en parte, explican, a Violette Leduc (1907-1972), una de las más grandes escritoras francesas menos conocidas. Coetánea, amiga y amante de autores como Simone de Beauvoir y Jean Genet, Leduc empujó a la sociedad de su país a avanzar en materia sexual gracias a lo que escribió en novelas como ‘Ravages’ (1955), en la que, por ejemplo, tuvo que cambiar varios pasajes explícitos de relaciones lésbicas.

Fuente: http://www.elcorreo.com/bizkaia/sociedad/201505/05/vino-supervivientes-20150504182029.html

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