La vid sigue su camino. Los brotes son visibles, incluso ya se observan en algunos casos las primeras hojas, el paso previo a los esperados racimos y a que se formen los pámpanos que se convertirán en sarmientos cuando se lignifiquen. El momento de brotación empieza con la hinchazón de las yemas. Tras el lloro, rompe la vegetación y se activa lo que conocemos como la fenología de la vid (brotación, floración, desarrollo del fruto…). Un proceso paulatino, reservado a los meses de primavera y verano, y que está condicionado por las temperaturas y la humedad de la añada. También por la variedad de la uva. Tres factores que determinarán la brotación. En Valtravieso, este año ésta ha sido bastante temprana, aunque lo realmente importante para poder prever una buena cosecha es que las heladas no han sido reseñables. De ahí que, si todo sigue el camino previsto, la viña será de ciclo largo y completo.
Durante el proceso de brotación, los responsables de la bodega siguen de cerca los cambios que experimenta la vid. Nada se deja al azar y es de vital importancia hacer un seguimiento diario para tomar las próximas decisiones. En este sentido, es importante ver si la brotación sigue con fuerza y si todo está en equilibrio. Esto determinará el inicio de la poda en verde. Un paso más hacia la esperada cosecha de lo nuevo de Valtravieso. |