Su nombre es debido a que las viñas se encuentran en el camino de Es Monestir, donde antiguamente hubo un monasterio cuyos monjes fueron los primeros que introdujeron la Vitis vinífera en la isla.
Se trata de un vino Monovarietal, producido con la variedad autóctona de las Pitiusas (y de otras pequeñas regiones del levante peninsular), la Monastrell.
Es por estas latitudes por donde esta variedad alcanza su máxima expresión, dado los requerimientos que tiene esta variedad, que necesita periodos muy cálidos para madurar óptimamente.
La Bodega la elabora a partir de cepas viejas de pie franco (cepas sin injertar). Por ello, estas plantas están genéticamente (su genética es antiquísima, ya que en Formentera no ataco la plaga de la filoxera, que si lo hizo hace unos 200 años en las regiones vitivinícolas del viejo continente, acabando con todas las Vitis vinifera) adaptadas a las condiciones geoclimáticas de la isla, es decir, soportan de una manera sin igual la climatología tan extrema que sufren durante los periodos estivales (sequías prolongadas) y son muy resistentes a la acción de enfermedades fúngicas (incluso con la alta tasa de humedad ambiental que sufre la isla).
Por esto, y por la baja productividad de las cepas (aproximadamente medio kilogramo de uva por planta,) se consigue un vino muy concentrado, con una gran intensidad tánica y aromas a zarzamoras y otras frutas rojas. Ademas le damos una crianza, de unos 8 a 14 meses, dependiendo de la añada, en barrica nueva de roble francés, para acabar de pulir esta gran concentración tánica.
Dado la particularidad de estas cepas viejas, y que en su número y existencia son muy limitadas (sobre todo en La Mola, la parte alta de la isla y donde se obtienen los mejores caldos), la producción que hacen de Es Monestir es muy exclusiva. Normalmente, y dependiendo también del año, elaboramos de 1000 a 1500 botellas. En la añada del 2010, la producción de Es Monestir fue limitada a 1300 botellas.
