Ayer Viernes fuí muy afortunado al acudir, dentro del certamen TCV en Feria Valencia, a un Foro sobre Enoturismo en la Comunidad Valenciana. Afortunado porque tuve oportunidad, en la cata que seguía a la charla, de intercambiar puntos de vista con gente a la que admiro del mundo del vino, allí estaba Pablo Calatayud, Miguel Velazquez, Joan Cascant, Felix Martinez y otros más, representantes de las bodegas más importantes de la Comunidad (Celler del Roure, Bodega Los Frailes, Celler de la Muntanya, Vera de Estenas, Aranleón, Torroja y Gandía Pla), todas ellas involucradas en proyectos de Enoturismo.
La palabra Enoturismo no me acaba de gustar demasiado, por lo que yo la denominaría Turismo Vitivinícola. Cada una de estas bodegas y como pioneros Gandía Pla con un espectacular programa en su finca Hoya de Cadenas (ver mi post de mayo de 2009), Los Frailes y Roure con una visita que puede empezar en torno al poblado íbero de La Bastida (en Moixent), o las visitas a las instalaciones centenarias de la Casa Don Angel de Vera de Estenas, o la antigua bodega de Aranleón, e incluso un turismo gastronómico de Bodegas Torroja, hasta un turismo realmente paisajístico del Celler de la Muntanya.
La presentación de cada uno de los representantes de las bodegas fue espectacular, pero creo que hace falta crear una marca de Turismo Vitivinícola en la Comunidad Valenciana, una marca que aglutine la oferta que estas bodegas (y supongo que algunas más) nos presentaron en este foro, una Wine Road, como se hace en el Napa Valley Californiano, o una marca como Divinum Vitae de nuestra vecina Castilla La Mancha, para que a través de la Agencia de Turismo de la Comunitat Valenciana, pueda dar a conocer esta oferta que los bodegueros están debatiendo hoy en día. Necesitamos más actores y poner en esta marca un programa basado en actividades de aventura, rurales, de cultura, alojamientos, transportes, restauradores…
Esta marca, que podría ser Nostre Ví (Nuestro Vino) ó Vitis, Vinum et Mare Nostrum (VVetMN) , con referencias a nuestro clima mediterráneo, aglutinaría toda la oferta, y podría estructurarse por Denominaciones de Origen, zonas, comarcas, terruños o pagos, de manera que aglutinara la oferta que hoy en día se indivdualiza en cada bodega. Con esta marca y su contenido es un paquete fácil de ofrecer al turismo en general y a los tour-operadores en particular.
En mi modesta opinión creo que se debe partir de esta imagen de marca y dejar de lado cualquier tipo de desavenencia empresarial o reencilla para ponerse a trabajar en este aspecto y sobre todo involucrar a la administración local, autonómica, nacional y europea para poner a esta región vitivinícola donde debe estar y no donde la están poniendo.
¡Ah! y deciros que la ponencia terminó con una fabulosa cata, donde los enólogos dispusieron sus mejores galas enológicas para disfrute de cuantos allí estábamos.