Las primeras estimaciones de vendimia apuntan a una reducción de la producción como consecuencia de la sequía que, siendo desigual en las diferentes zonas de producción de la DO Catalunya, apuntan a reducciones severas en algunos territorios. En términos globales, y provisionalmente, la cosecha 2023 podría entre un 25 y un 30% inferior a la de 2022.
Pese a la vendimia 2023 en la DO Catalunya se ha iniciado hace pocos días y en estos momentos sólo supone un 13% de la cosecha anterior, ya es un hecho que la sequía acumulada durante más de 2 años ha incidido negativamente en el desarrollo vegetativo de los cepas, bastante limitado en algunos casos.
Esta menor superficie foliar, unida a la sequía persistente, nos llevan a realizar unas estimaciones de producción de uva claramente a la baja, en especial en las zonas del Empordà, buena parte del Camp de Tarragona y el Penedès, que en algunos viñedos se llega a prever entre un 50 y un 80% menos. Por otra parte, más al sur del país, en la Terra Alta, donde la pluviometría ha sido más generosa y donde en general, también el regadío está más extendido, se espera una producción muy similar o incluso superior a la del año pasado.
A día 22 de agosto, las bodegas ya han vendimiado más de 5,7 millones de kg de uva con aptitud DO CATALUNYA, lo que supone más de un 13% del total de producción de la cosecha anterior. Entre las variedades de uva blanca cabe citar el chardonnay, la garnacha blanca y el macabeo; y entre las negras, el merlot.
La ola de calor que estamos sufriendo estos días (cuarta semana de agosto) favorecerá una mayor deshidratación de las uvas en aquellos viñedos sin acceso al riego y consecuentemente, podría contribuir a una reducción de la producción aún mayor. Otra posible consecuencia será sobre el ritmo de recolección, que probablemente se verá incrementado con una actividad dentro del mes de agosto mayor de lo habitual. Asimismo, convendrá seguir la meteorología de las próximas semanas y meses para determinar las consecuencias finales sobre la producción de este año.
Se trata de una vendimia complicada y marcada por la sequía pero no hay ninguna incidencia destacable en lo que se refiere a enfermedades ni plagas, de tal modo que el estado sanitario de la uva es muy bueno, y se apunta a una producción de calidad .