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La industria vitivinícola chilena está determinada a recuperarse del golpe y volver a la normalidad

El tanque de acero con una capacidad de almacenamiento de 200.000 litros de vino de Chilean Wines Co., que exporta chardonnays y cabernet sauvignons, tiene una grieta de alrededor de un centímetro cerca de su base, y su parte inferior está abollada.

El terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter que asoló Chile el 27 de febrero dañó casi una tercera parte de los 70 tanques de la compañía, según uno de sus agrónomos, Roberto Lavandero.

A nivel nacional, las pérdidas en la industria vitivinícola chilena alcanzaron los 125 millones de litros, o casi el 13% de la producción del año pasado, con un valor de US$250 millones, según el grupo del sector Vinos de Chile.
A pesar de los trastornos, el sismo no debería afectar los precios globales del vino, ya que la participación chilena del mercado global no es tan grande como para que una caída de sus exportaciones cause escasez, dice Robert Stavins, profesor de negocios y gobierno de la Universidad de Harvard y coeditor de la publicación especializada Journal of Wine Economics. Chile es el undécimo productor mundial de vino y el quinto exportador, según Vinos de Chile.

La industria vitivinícola ha sido una de las historias de éxito del país en los últimos veinte años. La producción se ha duplicado con creces entre 1990 y 2009, después de que las viñas familiares realizaran grandes inversiones para modernizar sus equipos y redoblaran sus campañas de exportación.

Pero el terremoto golpeó a los productores chilenos en un momento especialmente inoportuno ante la caída del consumo per cápita de vino en los últimos años debido al debilitamiento de la economía mundial y la maduración del mercado europeo. Además, la fortaleza del peso ha hecho menos competitivos los productos chilenos de exportación. El mayor volumen de vino exportado por Chile en 2009 fue contrarrestado por los menores precios promedio del producto.

El impacto del sismo se sintió en gran medida en el valle central de Chile -justo al sur de la capital, Santiago-, que representa alrededor de 70% de la producción vinícola nacional.

Al haberse producido en vísperas de la cosecha de la uva, el terremoto puede afectar la producción de vino este año, afirma Elías Obreque Slier, enólogo de la Universidad de Chile. El especialista afirma que ha recibido información sobre daños generalizados a los sistemas de irrigación y a la infraestructura de los viñedos. Según Obreque Slier, los vinos blancos, que se encuentran en medio de su temporada productiva, se verán especialmente afectados, mientras que los tintos, que se producen desde finales de marzo hasta principios de mayo, se verán menos perjudicados.

Pero René Merino, presidente de Vinos de Chile, se muestra más optimista, al anticipar una cosecha relativamente normal. El ejecutivo prevé una producción este año de 850 millones de litros, lo que equivaldría a un descenso de alrededor de 15% frente a 2009, principalmente debido a que la cosecha del año pasado fue excepcionalmente buena gracias al clima favorable.

La industria vitivinícola chilena está determinada a recuperarse del golpe y volver a la normalidad.

Viña Concha y Toro, el mayor productor del país, dijo que sus cuatro plantas ya operan a plena capacidad. La número dos del sector, Grupo VSPT, que produce marcas como San Pedro, Tarapaca y Santa Helena, indicó que perdió unos 9,4 millones de litros de vino a granel. Pero tan sólo cinco días después del terremoto, VSPT informó que había comenzado a exportar contenedores.

Por su parte, Lavandero, de Chilean Wines, que produce las marcas Lauca y Villagolf, se mostró confiado en que estos tiempos difíciles no durarán y que la industria repuntará.

Fuente: Wall Street Journal, Estados Unidos. – Vía Vendimia.cl

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