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LAFOU de Batea 2010 y LAFOU Els Amelers 2014, nuevas añadas de un dúo excepcional de garnachas


LAFOU presenta las nuevas añadas de LAFOU de Batea y LAFOU Els Amelers, la 2010 y la 2014, un reflejo del esplendor de la garnacha blanca y la garnacha tinta de Terra Alta
· Ambos vinos realzan la riqueza de esta variedad autóctona, un estandarte diferenciador que hoy esta DO luce como bandera


LAFOU Celler presenta un dúo único de garnachas: LAFOU de Batea 2010 y LAFOU Els Amelers 2014. Dos vinos de la DO Terra Alta que ponen en valor la riqueza de la garnacha tinta y la garnacha blanca, dos variedades autóctonas que aquí ofrecen su expresión más excepcional.

Aunque durante siglos se consideró la garnacha blanca como una vitífera «comodín», recientemente ha descubierto su capacidad para componer vinos de mayor enjundia, que soportan la crianza sin perder su frescura y mineralidad y permiten una larga guarda. Por otro lado, la garnacha tinta, es versátil y se adapta muy bien a diferentes tipos de suelos y soporta el rigor de los climas más cálidos y secos. Sus racimos ricos en azúcar dan lugar a vinos de gran intensidad de color, de naturaleza oxidativa, y es capaz de concebir vinos de gran altura.

La selección del viñedo, el trabajo en la viña, la vendimia rigurosamente manual y el cuidadoso proceso de vinificación y crianza que desarrollan en LAFOU tienen como objetivo exprimir el carácter más noble y auténtico de estas uvas.

LAFOU de Batea es un tinto de profundo color cereza con un amplio despliegue de sensaciones aromáticas, en el que aparecen primero matices de avellana cruda, tomate seco, fruta roja y balsámicos recuerdos de sotobosque, que luego evolucionan hacia notas de ciruela y aceituna negra. La complejidad en la fase olfativa guarda parangón con el desarrollo que experimenta en la boca, con una entrada fresca que remite a la fruta, un núcleo ácido que compensa el dulzor propio de la garnacha y un extenso final en el que irrumpen recuerdos de cacao y piedra mojada. La vinificación parcelaria y una paciente crianza en barricas de roble de diverso origen y fabricante, así como en huevos de hormigón, conducen a este tinto, presidido por la típica expresión de la garnacha, a una longeva maduración en botella.

LAFOU Els Amelers es un vino blanco monovarietal de garnacha que rinde honor con su nombre a los almendros que conviven con la vid en los viñedos de Terra Alta. Su cuidada vinificación y crianza –en contacto con sus lías– tiene como propósito destacar la esencia del carácter que atesora esta variedad en uno de sus terruños predilectos. De aspecto luminoso, presenta un color amarillo pálido y una rica expresión aromática, en la que las notas cítricas (piel de limón, pomelo) y florales (jazmín) dan paso a matices de fruta madura (albaricoque) y almendra tierna. En el paso por boca luce una generosa estructura, muy propia de esta uva, textura amable y una acidez vivaz, que contribuye a recuperar las sensaciones cítricas y florales en el prolongado final.

PVP LAFOU de Batea 2010: 36 €
PVP LAFOU Els Amelers 2014: 14 €
PVP caja dúo garnachas: 54 €

LAFOU Celler, redescubriendo la Terra Alta
Ramon Roqueta Segalés llegó a Terra Alta guiado por su pasión por la garnacha y su olfato para encontrar el paisaje donde esta variedad se expresara en su mayor plenitud. Miembro de una familia cuya tradición vinícola remite hasta el siglo XII, Roqueta encontró en Terra Alta, y más precisamente en el pueblo de Batea, los argumentos suficientes para embarcarse en un proyecto que ha asumido como cruzada personal: crear una bodega capaz de elaborar unos vinos que revelen al mundo la grandeza de la garnacha y de una comarca vinícola tan tradicional como Terra Alta.

Con estos principios, en el año 2007 Ramon Roqueta dio a luz a LAFOU Celler, una que se abastece de 12,5 hectáreas de viñedo en propiedad localizadas en «fous» o gargantas por donde antiguamente transcurría un río.

Nutriéndose de la ilusión, el amor por el vino y el orgullo por el trabajo bien hecho que contagia la familia Roqueta, en pocos años LAFOU Celler ha conseguido situar sus vinos entre los más valorados de Terra Alta, reafirmando su compromiso por las señas de identidad de esta comarca sin renunciar a la vocación cosmopolita propia de una bodega nacida en el siglo XXI.

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