Doce personas participaron en el taller olfativo impartido por una perfumista en Bodegas CVNE
Hay aromas fuertes, suaves, ácidos, frutales, toscos o más frescos y cada uno de esos aromas puede transmitir un recuerdo o una sensación.
A la hora de enfrentarse a un vino, el color y su olor son el primer contacto que se tiene con ese caldo y es importante saber apreciar toda la sustancia para disfrutar al máximo.
Bodegas CVNE organizó ayer un taller olfativo para adentrarse en el mundo del buqué a través de los vinos de la propia bodega. Y al frente del mismo estaba Isabel Guerrero, perfumista, nariz y pionera en España en el desarrollo de la cultura olfativa.
Una docena de aficionados al vino, enólogos y trabajadores en bodegas participaron en el taller. Durante más de dos horas, la perfumista guió a los asistentes en un viaje a través del olfato para desarrollar la capacidad de percepción de los aromas. Y la mañana comenzó con gotitas de olor. Uno a uno, los participantes fueron definiendo diferentes aromas a fruta, naturaleza o sintéticos.
Con la nariz despejada y con los sentidos preparados, sentados y en silencio, se aproximaron a los diferentes vinos de la bodega. Blancos y tintos que agudizaron el sentido y la capacidad de percepción.
Guerrero aconsejó coger la copa por abajo para que «el calor de la mano no altere los olores» y aproximar la nariz para «recibir el saludo del vino». Agitar la copa permitirá que «salgan los aromas y la franqueza del vino» y también recomendó oler la copa vacía para captar todo los componentes que forman parte de ese vino.
Isabel Guerrero logró que las notas olfativas se fueran desvelando una a una para «crear la melodía olfativa que da identidad propia a ese vino».
Así, les enseñó a oler y a diferenciar las familias olfativas que nutren los vinos y también los perfumes. Los participantes fueron descubriendo los aromas y archivándolos en la memoria olfativa para posteriores catas. El taller les fue de utilidad para captar toda la esencia que permite profundizar al máximo en la personalidad de un buen vino.
Y para finalizar la mañana, visitaron las instalaciones de bodegas CVNE en el barrio de la Estación. Por último, una comida con productos riojanos, también en la bodega centenaria, puso el punto final a una jornada que disfrutaron con los cincos sentidos.
Fuente:
larioja.com