La nueva carta estructura los entrantes en tres viajes culinarios diferentes, reforzando el espíritu de compartir preparaciones únicas con la diversidad y riqueza de los productos locales de temporada
Esta semana ha entrado en funcionamiento en Monvínic la nueva propuesta gastronómica ideada por Guillem Oliva, director gastronómico del espacio culinario. El cambio responde al deseo de evolucionar el concepto basado en el compartir que busca Monvínic. La principal novedad es un cambio en el formato de la carta. La nueva estructura está formada por la propuesta de entrantes, platos principales, platos de temporada y postres. Además, la nueva carta ofrece dos posibles menús cerrados por tal de ofrecer a los comensales la posibilidad de acostarse a la idea de lo que es la experiencia Monvínic con una propuesta que proviene directamente de la casa.
“Hemos querido agrupar los entrantes que ofrecemos en tres familias, que son tres viajes, para facilitar que los clientes puedan gozar de la diversidad y riqueza de la propuesta gastronómica desde el principio” explica Guillem Oliva. Siguiendo la filosofía del Wine Bar, que transporta los comensales por todo el mundo a través del vino, el equipo culinario ha elaborado una propuesta de entrantes para convertir el viaje enológico también en un viaje gastronómico. ‘Viaje al norte’, ‘Viaje exótico’ y ‘Viaje interior’ ofrecen tres entrantes cada uno, agrupados coherentemente por aromas y sabores. Los entrantes van desde los calçots, cañaillas y mejillones en escabeche, hasta bacalao ahumado, el caviar de trucha, la rillette de pescado del día o la papada de cerdo Pijuan, entre otros. De esta manera, los comensales tendrán la oportunidad de probar propuestas diferentes y podrán viajar a través de los olores, sabores, texturas y vinos que se complementan.
Los cambios también llegan en la oferta de platos principales. Entra a la carta la Escudella de moluscos, los Paupiettes de secreto de cerdo ibérico con chipirones y alcachofas, el Fricandó suave de albóndigas de sepia y el Rabo de ternera con encurtidos y ostras. Guillem Oliva ha querido introducir en la oferta de segundos un apartado dedicado exclusivamente a los platos de la época del año correspondiente, reafirmando así su compromiso con los alimentos de temporada. Actualmente, la carta ofrece el Filete Wellington, becada, corzo, pato real y Canelón de caza y col.
Las variaciones llegan también a los postres. ‘La cosa más dulce’ propone terminar la comida con: Crema quemada vainilla bourbon; Aguacate, chocolate, cilantro; Maracuyá, boniato; Buñuelos de chocolate sorbete coco Santi Santamaria y el Helado de guisantes y trufa.
Finalmente, uno de los cambios más sustanciales es la aparición de dos menús cerrados. El menú de temporada ofrece a los comensales la posibilidad de acercarse a la idea de lo que es la experiencia Monvínic con una propuesta equilibrada. Por otro lado, el ‘Clásico Monvínic’ ofrece un menú más largo y festivo, con la presencia de platos más contundentes que representan la filosofía de Monvínic y que se han convertido en imprescindibles de la cocina de Guillem Oliva. En este menú hay propuestas como el Bortsch de caza, la Seta de Castaño crujiente o la Papada con envinagrados y cítricos.
“Con estos cambios queremos conseguir que la gente comparta, deguste y disfrute muchas preparaciones distintas” afirma Oliva. Pese a las novedades, Monvínic no renuncia a su esencia. El equipo gastronómico sigue apostando por entrantes explícitos y variados; carnes y pescados tratados de forma contundente, en piezas grandes y enteras, verduras de temporada; y productos de proximidad.