Tintos, blancos y rosados fluyendo por la pasarela de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid como de la botella a la copa por obra y gracia de María Barros. Era la primera vez que una diseñadora española dedicaba su colección íntegramente al vino. «Es un mundo de sensaciones, y éstas son siempre personales. Esto se transmite en tejidos, colores y siluetas que me sugiere tanto el vino como su proceso de elaboración y entorno natural, que es el inicio de todo».
Como en un verdadero ‘Coupage’ -selección de las uvas y nombre con el que bautizó su propuesta para esta primavera-verano-, la creadora se encerró en la intimidad de su taller junto a la sumiller y periodista especializada Cristina Alcalá para fusionar los espíritus de diseñadora y enólogo. «En nuestras conversaciones nos resultaba muy curioso las similitudes que encontrábamos entre ambos mundos, desde el inicio de cada uno de los procesos hasta la finalidad de cada uno de ellos».
La temática atrapó a Barros hasta tal punto que decidió basar su colección en esos caldos repletos de matices. Y eso que, tal y como ella misma confiesa, hasta hace tiempo no sabía disfrutar de una copa de vino. Pero el maridaje resultó perfecto, dado que ambos mundos se expresan con los mismos adjetivos -fuerte personalidad, elegancia, exclusividad…- y trabajan en los mismos términos -texturas, artesanía, formas, volúmenes…-.
«Considero que el vino está igualmente muy ligado a la cultura, con una simbología social muy importante, por lo que de manera directa o indirecta seguro que hay más de un diseñador que se ha sentido seducido por el vino a la hora de crear».
«El vino juega un papel íntimo en la vida de la humanidad, tan íntimo que no me sorprendería que, seducidos por una idea panteísta, algunos espíritus razonables le atribuyesen una especie de personalidad». Con esta frase de Charles Baudelaire, presentaba la creadora su particular homenaje vinícola. Una colección en la que los tejidos fluidos como la gasa, la seda y los algodones y los colores terrosos, florales y cítricos remitían inevitablemente a la vendimia.
«Para mí lo más difícil es siempre el inicio, sin embargo, considero que el momento en el que ya has mostrado la colección en el desfile es el más importante y decisivo. A partir de ese instante tiene vida propia y camina sola. Es el paso que te demuestra si se ha logrado llegar a prensa y compradores».
Tras un duro año de trabajo, la gallega mira atrás con la sensación de «haber disfrutado en el camino». «Mi experiencia profesional me ha ayudado en mi crecimiento personal, aunque he tenido momentos que han requerido mucho esfuerzo».
Recuerda con especial cariño aquel primer desfile en la Semana de la Moda de Milán con motivo del premio otrogado por Moët&Chandon y la Camera Nazionale della Moda Italiana. «Tenía sólo 21 años y me rodeaba una inmensa inocencia que me impedía ver la oportunidad que me ofrecía ese desfile».
Actualmente, su nombre ocupa un lugar destacado en la moda española, y sus colecciones están presentes en diferentes tiendas multimarca de nuestro país, Italia, Kuwait y Arabia Saudí. «La mujer María Barros se siente afín a mi ropa porque la entiende como un elemento de identidad individual con la que se siente identificada».
¿Y cómo ve la coruñesa el futuro de la moda española? «En continuo crecimiento y con la mirada puesta en la internacionalización», responde sin dudar.
Fuente: http://www.elmundo.es/tendencias/2014/04/28/535de6dee2704e011f8b456a.html