· El proyecto parte de la convicción de que es importante invertir en los viñedos viejos que son patrimonio histórico y que nos permiten elaborar vinos de gran calidad, que revalorizan el terruño y la variedad local como seña de identidad.
· Para potenciar la conexión con el entorno, el proyecto que se concretará en 2017, lleva pareja una iniciativa de enoturismo que permitirá recibir a los visitantes y clientes y pasear por las viñas centenarias.
Bodegas Murviedro ha reforzado su apuesta por la Bobal con la adquisición de una finca de 10 hectáreas de Cepas Viejas de más de 70 años. La finca está situada en la partida El Ardal, a una altitud de 700m sobre el nivel del mar, en unos terrenos arcillosos sobre fondo calizo que gozan de un clima continental.
En palabras del enólogo Víctor Marqués, “el viñedo es un viñedo viejo de baja producción al que se le aplicará una viticultura respetuosa con el medio ambiente y de mínima intervención, con la finalidad de obtener vinos que expresen la tipicidad de la parcela. La variedad es Bobal, protagonista indiscutible del viñedo de la zona Utiel-Requena, así como de los últimos vinos lanzados por la bodega que cuentan con gran aceptación de crítica y público”.
Este proyecto pretende ser un reconocimiento a la tierra y los viñedos de Requena y un apoyo a los jóvenes agricultores de la zona, para que se sigan cultivando estas cepas casi centenarias. La adquisición de esta nueva finca abre la puerta a una nueva serie de vinos de autor, dentro de la estrategia que el nuevo Director General de Murviedro, Marc Grin, contempla para los próximos años de primar la calidad de los vinos de la bodega más allá del volumen.
El proyecto se concretará en 2017, ya que todavía quedan unos aspectos por definir; aquellos relativos al proyecto de enoturismo que la bodega tiene previsto montar en el casco antiguo de Requena.
En palabras del nuevo Director General de Murviedro: “este proyecto surge desde el convencimiento de que es necesario mimar la tierra y los viñedos que tenemos en Requena, siendo responsables con nuestro entorno más cercano y partiendo de la necesidad de conectar con la tierra y sus gentes, que con tanto cariño cultivan la viña. Asimismo, aprovecharemos para habilitar un lugar más rústico donde recibir a la gente y enseñarles esas viñas centenarias que son patrimonio histórico y se vinculan con una variedad, la Bobal, de modo que son más fáciles de reconocer a nivel internacional”. Con la compra de este viñedo viejo se afianza el compromiso de Murviedro con la tierra y la calidad de la misma. Y al mismo tiempo, marca el camino marcado por la bodega para elaborar su gama alta de productos.