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Para los jóvenes: frizante.

El vino frizante encontró su lugar entre los jóvenes y es una de las diez bebidas con alcohol más solicitadas en los locales de diversión nocturna. El segmento creció 17% en volumen y 36% en valor en el primer semestre del año, según datos del Fondo Vitivinícola.

En discos o pubs, los frizantes (una denominación italiana para nombrar a los vinos con burbujas) se han ganado un lugar en el “top ten” de los tragos.
Marcas como New Age de Bianchi, Frizzé de Andean Viñas, el famoso O2 de Chandon, Suá de Dante Robino o el más joven, Strip Tease de Crotta, entre varios otros, han ganado leales adeptos dentro de las tribus urbanas jóvenes que frecuentan la noche.
Su éxito queda el desnudo en las estadísticas globales. Según la última auditoría del Fondo Vitivinícola, la facturación en vinos frizantes creció 36% durante el primer semestre del 2008, en relación al primer semestre de 2007.
El precio general del segmento, en tanto, creció un 16%, mientras que los volúmenes de venta se situaron por encima del año anterior, en un 17%

Una encuesta realizada por FINCAS en varias discotecas de Mendoza indica que el frizante ya se sitúa entre los diez tragos más pedidos por los jóvenes. Aunque todavía no supera la mezcla de vodka con energizante, o al popular fernet con una bebida cola, tragos que rondan.

Juan Pablo Favaro, de la distribuidora Diecinueve 83, que le vende a varias discotecas de Capital, indica que en su lista, los frizantes ocupan el quinto o sexto puesto, ya que las bebidas más pedidas son fernet, vodka, campari y ron.

Que los frizantes están entre los diez tragos más pedidos, lo afirma Gustavo Genovese de la disco Alquimia de Chacras de Coria.
El asegura que “los vinos con burbujas están impuestos, tienen un consumo alto desde hace tiempo, en particular entre las mujeres. Además, las distintas marcas hacen promoción. Las bodegas tienen algunas acciones, por ejemplo obsequios de merchandising con la compra del producto, remeras en la mayoría de los casos”.

No sólo es cuestión de precio

Leandro Carlucci de Al Sur, otra disco de Chacras, subraya que se ha dado un aumento muy grande en el consumo de frizantes (menciona las marcas O2, Frizzé y Vudú de Teper Wine) pero agrega que en su local se está dando una pequeña tendencia por los vinos tardíos.
“El Chenin dulce natural se está poniendo de moda para tomar durante la noche, generalmente entre los 30 y 35 años. Este tipo de vino empieza a tener un poco más de salida, como sustituto del champagne”, asegura.
Agrega que el frizante se consume en desmedro de algunos tragos como sustituto del espumante, por una cuestión económica. “El frizante vale la mitad que un champagne, de hecho un espumante de menor precio arranca en los $40”. Así las cosas, por cada 8 botellas de frizante, vende en su local 2 de espumante.
Carlucci tiene una visión optimista de la ayuda que reciben de las bodegas para promocionar estos vinos. “Nos están ayudando con promociones, de acuerdo a su capacidad y a sus ganas de introducir el producto. Es un hecho que hay cada vez más frizantes en el mercado, después de New Age y 02, hoy existen 12 marcas que tienen ganas de entrar en el mercado. Muchas de ellas van a los boliches con sus promotoras y les hacen buenas ofertas a los dueños, con buenas bonificaciones”, explica.

Jesús Baccarelli, titular de La Chimére, otro boliche frecuentado por jóvenes entre los 20 y los 30 años, opina que el espumante no se bebe solo, sino como trago, mientras que “por el precio y por moda todos consumen vino frizante. El champagne se vende poco en relación al frizante”.
Baccarelli considera que, si bien las bodegas hacen algunas acciones de marketing en los boliches, aún son insuficientes.

Para las bodegas, a su vez, el canal “disco” es complicado en Mendoza y prácticamente imposible en Buenos Aires. “Entrar es caro, si es un boliche prestigioso pide inversión, acciones, dinero para ingresar, materiales; salvando las distancias es similar a lo que sucede en el canal gastronómico. Es que en estos canales todas las bebidas blancas invierten muy fuerte, con un portfolio muy grande de productos, y nosotros llegamos con uno solo”, analiza Juan Francisco Parajuá, gerente de Marketing de Andean Viñas, la firma que elabora la marca Frizzé.

Un fenómeno en proceso

Juan Francisco Parajuá, gerente de Marketing de Andean Viñas (una bodega del Grupo Peñaflor) es el responsable del crecimiento de Frizzé, una bebida muy popular entre los jóvenes.
“El crecimiento que marcan las auditorias está cercano al 20%, en lo que va del año en relación al año pasado. Somos líderes en el mercado de frizantes”, señala.
Apunta en relación a su consumo que este producto, a diferencia del mundo del vino tradicional, está concentrado en pubs y discos, donde tiene una presencia muy activa. “También hay mucho consumo hogareño del frizante, los canales tradicionales (como el supermercado) venden muy bien este producto”, dice Parajuá.
A la hora de teorizar dice que el consumo de vinos con burbujas por parte de los jóvenes es “un fenómeno en proceso. Estamos creando una categoría, en mi opinión el frizante puede compartir una ocasión con el champagne, pero no viene de allí su principal fuente de crecimiento. El frizante hace que el mercado del vino participe de ocasiones y de segmentos de consumidor, en el que antiguamente no participaba”.
Según las observaciones de mercado, el vino ingresa en la vida de un consumidor cerca de los 30 años. “Allí empieza a aparecer el vino con fuerza. Antes de esa edad, el vino participa con mucho menos penetración, y ahí sí los frizantes aportan a una cercanía organoléptica al mundo del vino, que el vino tradicional no consigue”, subraya Parajuá que considera a este producto “como una puerta de entrada para que los jóvenes consuman vino”.
Si bien admite que no hay pruebas contundentes acerca de esto, se sabe que el sabor es similar al del vino, aunque cada vez se ponen más de moda los frizantes con sabores a pomelo, limón o ananá.

Suá, el frizante de Bodega Dante Robino, registró un fuerte crecimiento en el último año, y comercializa hoy 1 millón de botellas en mercado interno. Fernanda Squassini, jefa de Relaciones Institucionales de la bodega, dice que el crecimiento de la marca se logró, no por precio, sino investigando los gustos de los jóvenes y adaptándose a lo que buscan, entendiendo sus códigos y llegando a los lugares de consumo donde ellos interactúan (boliches, bares, etcétera).
Para apoyar este consumo la firma desarrolla materiales pop, fraperas, copas, backlahit, exhibidores, remeras para los barmans, entre otras acciones. 

Otro producto de gran difusión es O2.
Pablo Naumann, gerente de comunicación corporativa de Chandon, explica que para llegar a los jóvenes, las acciones básicamente se centran en “generar fiestas especiales en algunos puntos clave que propongan una experiencia diferente. Sabemos que muchas veces este tipo de bebidas es el primer acercamiento de los jóvenes al mundo del vino, y eso genera responsabilidad ya que son nuestros futuros aliados para esta industria que tanto queremos”.
Naumann indica que si bien estos grupos consumen mayormente otras bebidas, “a medida que crecen van encontrando más placer en el consumo de vino, lo hacen de manera más conciente y adulta y por eso este tipo de productos crece. Creemos que es una posible puerta de entrada al vino, al ser un vino, pero con características y códigos más cercanos a los jóvenes”.
Para Chandon el mercado de frizantes creció un 5% respecto del año pasado. “Creo que esto se debe a la propuesta básicamente de consumo diferente al que proponen otras bebidas, sigue siendo informal y divertido pero un poco más maduro y más reflexivo”, dice Naumann.
Fuente: todomendoza.com
Link a la nota: http://www.todomendoza.com/Noticias-vinos-091008.aspx

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