La compañía ha concluido la cosecha en las cuatro denominaciones en las que está presente con un balance muy positivo y grandes expectativas
Pernod Ricard Bodegas, líder de los vinos españoles en valor a nivel mundial, ha concluido con un balance muy positivo y grandes expectativas la Vendimia 2015 en las cuatro denominaciones de origen en las que está presente: Rioja (con Bodegas Campo Viejo, Bodegas Ysios y Bodegas AGE), Rueda (con Bodegas Aura), Ribera del Duero (con Bodegas Tarsus) y Navarra (con Bodegas Vinícola Navarra).
“Hemos concluido la vendimia en todos nuestros viñedos y denominaciones, y la valoración es muy positiva, con uva de gran calidad y muchas expectativas en los vinos que nacerán fruto de esta cosecha”, asegura el director de Desarrollo de la compañía, Francisco Soler.
En Rioja, la vendimia iniciada el 1 de septiembre y finalizada el 11 de octubre ha sido “muy buena, climatológicamente perfecta. Se han podido vendimiar los viñedos con una sanidad extraordinaria y una evolución muy rápida de las zonas tradicionalmente tardías”, afirma Soler.
En Rueda la cosecha comenzó pronto, el 28 de agosto, pero ha sido una vendimia larga para la zona, finalizando el 26 de septiembre. Las altas temperaturas de julio junto con la baja pluviometría han propiciado que la producción general en la zona sea baja, pero “la calidad de la uva ha sido excepcional”. “Hemos podido realizar una vendimia seleccionada en cada pago, ya que la maduración ha permitido ir poco a poco cosechando cada viñedo, logrando una excelente vendimia”, destaca.
En el caso de Ribera del Duero, el viñedo ha respondido a las previsiones, con un ciclo muy rápido, “motivado fundamentalmente por una climatología óptima, un equilibrio entre producción y vegetación extraordinario, y una sanidad perfecta”. Según Soler, la vendimia se ha desarrollado de forma rápida, gracias a la uniforme evolución en toda la denominación, y aunque la producción es menor que la del año pasado, “la calidad de la uva ha sido extraordinaria”.
La situación en Navarra ha sido algo distinta, ya que el caluroso verano y las escasas lluvias de la última etapa del ciclo han determinado que la maduración de las uvas fuera más pausada de lo previsto. No obstante, la sanidad del viñedo ha sido “sobresaliente y se ha podido recolectar cada viñedo en su momento adecuado”.