Fuente: La Mañana de Neuquén
Los vinos que provienen de un mismo viñedo ocupan cada vez más lugar en las gondolas de alta gama.
Qué son los Single Vineyard y por qué resultan importantes para el futuro del vino local.
En la última década del vino argentino aparecieron etiquetas que declaran ser Single Vineyard –del inglés, un solo viñedo- y en poco tiempo lograron marcar un nuevo e importante camino: correr el foco desde la variedad hacia el origen de la uva, aunque por ahora el fenómeno está acotado a la alta gama.
A la fecha hay al menos una docena de marcas con la apelación Single Vineyard y son más las que están en camino. Desde los primeros Serenade, Temis y Alizarine Single Vineyard que la bodega Alta Vista lanzó con la cosecha 2004; a los que presentó Trapiche en 2007 y Finca Perdriel de Norton, los Barrel Selected de Familia Schroeder y los Fin de la bodega Fin del Mundo, esta categoría comienza a ganar terreno en la góndola.
Un Single Vineyard es un tipo especial de vinos que declara estar elaborado todos los años con el mismo viñedo. Es decir, que cada cosecha el vino usa las uvas de un mismo lugar. De ahí que este grupo de vinos sean los mejores representantes del terruño a nivel local. Y si de buenas a primeras no parece gran cosa, es porque se desconoce que en el backstage del vino argentino las cosas no son así.
Nos explicamos. La inmensa mayoría de los productos que se venden a nivel local suelen ser blends de una misma uva, por ejemplo, Merlot o Malbec, que combina diversos orígenes. Y eso es así por varios motivos: 1) el riesgo climático de heladas o granizo hace que las bodegas se cubran echando mano de uvas de varios lugares; 2) a que muchas veces el volumen de venta se consigue comprando vinos en el mercado a granel; 3) y a que la combinación de orígenes, especialmente en la alta gama, garantiza cierta complejidad que algunas uvas y algunas zonas no alcanzan por sí solas.
Los Single Vineyard son una apuesta seria en el sentido contrario: privilegiar todo el riesgo de un solo viñedo y lo que ese viñedo sea capaz de dar, básicamente porque se reconoce que es especial. Tienen una identidad distinta. Y esa identidad es plato fuerte que le espera al vino argentino para la próxima década.
Vinos Single Vineyard
Originalmente Single Vineyard fue una marca comercial que en 2007 fue cedida a quien quisiera usarla, con la sola condición de que respetara el origen único y determinado de un viñedo, inscripto en el Instituto Nacional de Vitivinicultura. Desde ese momento, la modalidad ha seguido tres formas diferentes para un mismo uso.
• Las que lo declaran y reproducen año a año, como el caso de los viñedos Temis, Alizarine y Serenade de Alta Vista; también la línea de varietales Fin, de Fin del Mundo; y Norton, con Finca Perdriel.
• Las que lo declaran pero no embotellan todos los años, como Trapiche, que premia cada vendimia a sus mejores productores elaborando sus uvas por separado y como Single vineyard, como los así llamados Viña Domingo F. Sarmiento, Viña Fausto Orellana de Escobar y Viña Adolfo Ahumada.
• Pero también están aquellas bodegas que, sin declararlo en su etiqueta, hacen del Single Vineyard una herramienta de comunicación. Por ejemplo, los Barrel Fermented de Familia Schroeder, que son forzosamente así porque están hechos con parcelas específicas plantadas con clones; o lo que sucede con el caso de Marchori Vineyard Malbec de Viña Cobos, elaborado a partir de un viñedo muy viejo en Agrelo; o los Cadus, de Nieto Senetiner
El futuro ya llegó
Lo interesante de los Single Vineyard es que permiten abonar el sentido del origen que, como se dijo, suele ser difuso en el mercado local. Para un consumidor, Mendoza, San Juan o Patagonia por ahora bastan como referencias, y le da lo mismo el Alto Valle de Uco que Santa Rosa, por citar dos polos opuestos en Mendoza.
Que los vinos hoy reconozcan esa diferencia es una apuesta a la calidad y al futuro. En el largo plazo, idealmente aquellas regiones y viñedos que resultan superiores a la media, por cuidados y condiciones, podrán aspirar a mejores precios. Hoy, a juzgar por los valores que alcanzan estas producciones, es posible.