No se trata de ir oliendo a alcohol, ni de desprender el aroma a vino que se percibe en las bodegas o al comenzar una cata al olfatear el contenido de una copa, sino de un perfume femenino diseñado por un perfumista escocés llamado Jimmy Boyd, basado en el aroma y frescor de los vinos Gewürztraminer. El resultado es una fragancia joven y delicada, presentada en una botellita clásica, con líneas rectas y cuyas concesiones estéticas se limitan al lazo verde, el tapón dorado y las letras verdes que nos recuerdan el «difícil nombre» de esta variedad de uva. Un novedoso producto para convertir los aromas del vino en un…