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Tenerife, isla de vinos

Sorprendentemente para mi he descubierto que el minicontinente de la isla canaria de Tenerife esconde un valioso tesoro enológico, cinco diferentes Denominaciones de Origen (DO Tacoronte-Acentejo, DO Ycod-Daute-Isora, DO Valle de Güimar, DO Abona y DO Valle de la Orotava) conforman esta tierra de vinos, con diferentes climas y terruños, variedades blancas y tintas, casi todas ellas autóctonas que producen excelentes vinos y que he tenido la fortuna de catar, en muchas de las bodegas que he visitado.

El archipiélago canario se encuentra en el atlántico, al noroeste de la costa africana, son islas de origen volcánico, su clima es subtropical, aunque varía localmente según la altitud y la vertiente norte o sur. Esta variabilidad climática da lugar a una gran diversidad biológica que, junto a la riqueza paisajística y geológica hacen que encontremos diferentes terruños y adaptabilidad de las viñas y se produzcan diferentes vinos en cada zona.
Tenerife es la isla de mayor tamaño y relieve, conocida como la isla de la ‘eterna primavera’, tiene diferentes tipos de suelos y climas, el pico más alto de España es el Teide, de 3.718 metros sobre el nivel del mar, un gran volcan que emerge en el centro de la isla y que ha conformado este espacio natural tan especial.
El cultivo de la vid en el archipiélago y especialmente en Tenerife nace tras la conquista, cuando los colonizadores traen variedades de viñas y comprueban la nobleza que adquirían los caldos canarios. En los siglos XVI y XVII, el vino alcanza un gran peso en la economía tinerfeña pues son muchas las familias que se dedicaban a su cultivo y posterior negocio. Especial mención merece el malvasía canario, que llegó a ser considerado el mejor vino del mundo y era ansiado por las cortes europeas y las mayores bodegas de Europa y América. La isla presenta actualmente cinco denominaciones de origen: Abona, Valle de Güímar, Valle de La Orotava, Tacoronte-Acentejo e Ycoden-Daute-Isora.


Las distintas denominaciones de origen se encuentran repartidas en la zona norte de la isla como Valle de La Orotava, Tacoronte-Acentejo e Ycoden-Daute-Isora, zonás más fértiles con suelos más ricos, y una climatología más húmedas debido a la humedad de los vientos del noroeste cargados de humedad, llamados alisios, que en distintas alturas de la isla, hacen que el cultivo de la vid sea posible y se obtengan buenas producciones, pero con un ciclo bastante largo de cultivo. La DO Valle de Güimar se encuentra en la zona este de la isla, con un clima más seco y un terruño llamado de ‘jable‘, una arenisca procedente de cenizas volcánicas bastante pobre pero apta para el cultivo de ciertas variedades, en las zonas próximas a la costa, sobre todos las blancas, y también influenciadas por los vientos alisios, en altura los suelos son franco-arcillosos y podemos encontrar plantaciones hasta 1.500 metros de altura. La zona sur de la isla, perteneciente a la DO Abona, con un clima similar al mediterráneo, con suelos de ‘jable‘ es también bastante complicada para el cultivo de la vid, pero conforme la altitud y el interior de la zona, los suelos se tornan más arcillosos y se obtienen buenos rendimientos y una notable calidad, incluso por cotas superiores a los 1.000 metros.

Respecto a las variedades de uva existen más de 20 variedades, censadas y autóctonas de la isla como son la Listán Blanco, Listán Negro, Malvasía, Gual, Marmajuelo, Vijariego, Baboso Negro, Negramoll, Moscatel, Tintilla, Verdello, Castellana, …con sus diferencias según las zonas, destacar también que los cultivos de la viña tradicionales se utiliza un tipo de trenzado de las viñas en vaso dejando que la planta crezca en forma de ‘parralito’ y que se separan del suelo con unas varas con forma de horquilla, también hay plantaciones en vaso y espaldera.

Los vinos son bastante diferentes de unas zonas a las otras, predominan los blancos semi-dulces y secos y también vinos de dulce natural, sobre todo de malvasía, deliciosos y afrutados, también se hacen rosados y los tintos tradicionales de Listán Negro, jóvenes y afrutados, también vinos de  maceración carbónica es habitual encontrar en algunas bodegas. Las crianzas de vinos se hacen bastante cortas (entre 1 y 4 meses) y le aportan a los vinos el toque de la madera pero sin perder la fruta, para mi el éxito de estos fabulosos vinos.
Aparte de las bodegas que elaboran vinos embotellados, también es típico en la zona norte de la isla, que muchos agricultores elaboren sus vinos para autoconsumo o para que se degusten en los garajes de las casas junto a comida típica canaria, esto de denomina Guachinche, y terminar la jornada con unas tapas típicas canarias caseras y una cuarta de vino es bastante pintoresco y tradicional. 
Os enlazo aquello que me parece interesante para podáis conocer más a fondo aspectos de la cultura del vino de la isla de Tenerife que he vivido muy intensamente en estos 6 días de estancia en la misma y con un agradable recuerdo.

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