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UN PALO CORTADO DE LA AÑADA 1978 PARA CELEBRAR EL BICENTENARIO DE CÁDIZ 2012

La Casa del Tío Pepe embotella 200 botellas de un Palo Cortado de 1978 para conmemorar el bicentenario de la Constitución de Cádiz de 1812.

La Constitución de Cádiz, popularmente bautizada como “La Pepa” y firmada el día de San José, celebra su bicentenario. La Casa de Tío Pepe quiere sumarse a esta conmemoración con el lanzamiento de un Palo Cortado de 1978, año de la promulgación de la Constitución que nos rige actualmente. Se trata de una edición exclusiva de 200 botellas, serigrafiadas y minimalistas, que vienen a engrosar la Colección de Añadas que González Byass viene elaborando desde 1835.
Este Palo Cortado de Añada es una edición exclusiva para coleccionistas de 200 botellas numeradas a mano y envueltas en papel de seda que cuenta con el texto de la Constitución de 1812 impreso. Esta joya enológica de 34 años presenta un color ámbar oscuro con ribete cobrizo, ligeramente anaranjado. Lágrima persistente, limpio y brillante. Nariz intensa muy compleja e impactante, presencia de avellanas, almendras garrapiñadas, ebanistería fina, cedro, acetales intensos, notas yodadas y salinas.
En resumen, sobrecogedor. En boca, un auténtico cañón, pleno de potencia, amplitud y persistencia. Es denso, concentrado, seco, tremendo equilibrio entre acidez y amargos. En el paso es fino y directo, explota en el paladar para quedarse una eternidad. Un vino que ha alcanzado la plenitud.
Un Palo Cortado de Añada que es, sin duda, la definición más limpia y pura de este tipo de vino indomable y rebelde que nos trae aires de libertad.

Junto a este bicentenario, González Byass también celebra 200 años del nacimiento de su fundador, Manuel María González Ángel, bautizado el 26 de mayo como Manuel Felipe Neri José María de la Paz. Aunque no hay documentos escritos, la tradición oral siempre ha afirmado que el nombre de “Felipe Neri” le fue puesto por el oratorio donde se promulgó la constitución y a la que su padre quiso rendir homenaje.
El nexo de unión entre este gran precursor del vino de Jerez y la Constitución de Cádiz fue, sin duda, que ambos estaban adelantados a su tiempo. En el caso de la Constitución de 1812 porque ha sido una de las más avanzadas, sirviendo de base a las que vinieron detrás, incluida la vigente, y porque supuso un cambio en el orden legislativo de la época. Este contenido de corte liberal, pionero en España y Europa, recogía derechos y libertades que solo se habían dado en Francia o Estados Unidos. Y en este sentido, Manuel María González Ángel introdujo en su firma algunos derechos sociales pioneros e impensables en la época, como el médico de empresa o las escuelas para la formación de los hijos de los empleados, algunos de los cuales no serían exigidos por ley hasta un siglo después. Además, su vida giró en torno a la innovación tecnológica, llevando hasta su bodega la luz eléctrica, el agua y el ferrocarril e instalando alambiques para la elaboración de brandy. Y todos estos acontecimientos sucedieron en Cádiz, cuyo puerto, junto con el de Santa Mª, constituyen la salida del vino de Jerez al mundo. Un vino que cuenta con el Consejo Regulador más antiguo de España y, posiblemente, con más historia y tradición.

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