Proyecto evaluará las características fisiológicas, enológicas y potencial comercial del vino elaborado a partir de plantas resistentes a oídio, portadoras de genes que les otorgan a nivel molecular y fitopatológico resistencia a este hongo.
En Chile existen 210.000 hectáreas plantadas de vid, de las cuales según el SAG el 62% se destinan a la producción de vino. Superficie principalmente localizada en las regiones de O´Higgins y del Maule, las que concentran más del 72% de la superficie nacional.
Las exportaciones de vinos y mostos el año 2022 alcanzaron a 874 millones de litros, por un valor sobre los USD 1.989 millones. Actualmente el país es el primer exportador de vinos de Sudamérica y cuarto exportador mundial.
«Durante el proceso diversos agentes bióticos amenazan la producción, en el caso de precosecha, la enfermedad más destructiva es el mildiú polvoroso, sin embargo, el oídio se ha caracterizado como la enfermedad de mayor incidencia y más crítica en cuanto a pérdidas económicas» explica el Dr. Patricio Arce, investigador de la Universidad Autónoma de Chile.
Este hongo disminuye el peso del racimo, retrasa la maduración y reduce las tasas fotosintéticas y de transpiración. Además, reduce el contenido de azúcar de la uva, el nivel de acidez y la concentración de antocianinas.
Esos cambios tienen efectos en la calidad del vino, en el caso de los tintos se ha descrito diferencias en el color, provocando cambios en la intensidad y en los blancos, el oídio se ha asociado con una disminución del compuesto 3-mercaptohexanol, asociado al aroma de frutas tropicales.
Como explica el Dr. Patricio Arce, actualmente, no existen variedades comerciales resistentes al oídio, por ello el principal control de este hongo es mediante la aplicación de fungicidas basados en azufre. «Estos productos, presentan características químicas tóxicas para la salud humana y animal, son perjudiciales para el medio ambiente, de alto costo y requieren una aplicación constante para controlar al patógeno» recalca.
De ahí la relevancia de proyecto, adjudicado en el último concurso Tecnológico IdeA FONDEF, que busca el mejoramiento de la vid del vino a través de la generación de cultivares híbridos resistentes al hongo Erysiphe necátor responsable del oídio, mediante cruzamientos dirigidos entre genotipos que presentan características de resistencia. En consecuencia, serán plantas que requerirán menos o ninguna aplicación de fungicidas para el control de la enfermedad.
El equipo dirigido por el Dr. Patricio Arce, también está compuesto por la Dra. Ana Gutiérrez como investigador alterno y la Dra. Mariona Gil, especialista en enología, ambas de la Universidad Autónoma de Chile. Además, el proyecto potenciará la vinculación internacional, con redes de investigadores que trabajan en esta temática en centros internacionales en Norteamérica y Europa.
A nivel nacional, está involucrado el Centro de Investigación e Innovación de la Viña Concha y Toro, quienes en conjunto con la universidad realizarán la caracterización química, enológica y perfil sensorial de los vinos generados, producto de micro vinificaciones de las uvas producidas por estas plantas.
Últimas etapas de desarrollo
El proyecto es la continuación de un proyecto FIA que inició los cruces, pero que hoy evaluará a las plantas en condiciones de campo, siguiendo un manejo agronómico como el que se realiza en viñedos comerciales, incluyendo el proceso de vinificación de su fruta.
De hecho, ya se han evaluado preliminarmente en dos ocasiones procesos de micro vinificación: una en otoño de 2021 en la que se cosecharon más de 100 kilos de uva de uno de los genotipos estudiados, los que la empresa Sidal de Casablanca trabajó, obteniendo más de 80 litros de mosto a partir del cual se obtuvo un vino rosado.
Un año después, en el otoño de 2022 se cosecharon más de 10 kilos de los otros genotipos, uva que en esta ocasión fue procesada por el Centro del Vino de la Universidad de Talca, obteniéndose un vino blanco y uno rosado.
«Los informes químicos de ambos vinos ya se realizaron y presentan resultados muy auspiciosos, por lo que hoy esperamos con la participación de expertos enólogos de la industria vitícola nacional, seleccionar un genotipo resistente, que genere un vino comercial de calidad posible de ser registrado por la Universidad Autónoma de Chile ante el SAG como nueva variedad de vino» señala el Dr. Patricio Arce.