Estamos en Agosto y en España es el mes de fiestas patronales en la mayoria de municipios, aprovechando las veraniegas vacaciones. Es por eso que acudimos al VII Certamen de Vinos de Calidad de Venta del Moro y Degustación gastronómica de platos venturreños en la localidad citada, que se sitúa en la comarca de Utiel-Requena, limitando al sur con la provincia de Albacete y al oeste con la de Cuenca.
Allí, en la plaza del mercado nos encontramos a las distintas bodegas que habían acudido al evento y la población local y foránea que se había congregado. El Certamen empezó con la mesa presisida por distintas autoridades y que luego entregaba los premios por parte de la comisión de festeras y la Reina de las fiestas.
La cata la iniciamos en el momento los expositores y los vinos estuvieron listos, y por 5 euros teníamos una copa cata vinos y un ticket válido para la degustación de productos típicos de la zona y obtener la recompensa gastronómica tras los vinos catados.
Allí me encontré a mi amigo Riki, que también estaba degustando los vinos por estos lares. Empezamos por catar los vinos de la bodega Proexa, bodega que elabora sus vinos siguiendo los principios de biodinámica y de forma totalmente ecológica, su marca más conocida es Vega Valterra, pero ayer catamos el Aldabones, un ‘coupage’ de variedades de la zona madurado en barricas.
También estuvimos catando los vinos de la bodega Bodegas de Utiel, elaboradora de marcas tan conocidas como Capellana y Nodus, y desde hace poco tiempo la serie Actum. Aunque la bodega se encuentra en Caudete de las Fuentes, sus fincas están enclavadas en el término municipal de Venta del Moro. Estuve catando el Actum de Sauvignon Blanc y me pareció una explosión de frutas tropicales en nariz, fresco, equilibrado y muy perfumado.
Seguíamos catando vinos y esta vez fue un rosado de la Cooperativa Latorre Agrovinicola, un clásico de variedad bobal, joven, fresco, equilibrado y sobre todo muy natural sin ningún aroma o sabor demasiado subido de tono, destacando la uva y las frutas rojas como trasfondo. Además me comentaron que este vino, Parreño es su nombre, está a un precio interesantísimo, casi casi por debajo de 1 euro.
Seguíamos catando vinos pero a su vez las Amas de Casa venturreñas nos deleitaban con platos típicos de su cocina como el embutido, el gazpacho venturreño (una variante del gazpacho manchego) y unas torrijas de pan muy exquisitas.
El siguiente descubrimiento fueron dos vinos, para mi los mejores de la noche, estos fueron Casa Lo Alto, un tinto reserva de 2006 y un blanco fermentado y madurado en barrica del varietal Chardonnay. Dos excelentes vinos, lástima que los propietarios de la bodega no estuviesen presentes, pero para mi fueron los mejores de la noche sin duda, tanto el blanco como el tinto.
Y por último caté los vinos de la bodega Aranleón, perteneciendo a la pedanía de Los Marcos de la localidad venturreña, y que tenía sus vinos insignia como el Sólo, Aranleón Selección especial y Ahora, un magnifico vino fresco y frutal destinado a ser un vino para cualquier momento y ocasión.
La velada terminó con una cena familiar en el restaurante del pueblo para reposar las sensaciones y sabores que la tarde nos había brindado.