En la población de Sinarcas, en el límite entre la Comunidad Valenciana y Cuenca en la comarca Utiel-Requena, encontramos una pequeña bodega, que ha renovado completamente sus instalaciones para que los amantes de los buenos vinos y del turismo podamos disfrutarla.
Allí acudimos en primicia a visitar esta nueva etapa de una bodega, Criadores y Artesanos es realmente su nombre, que elabora los afamados vinos Pasiego. La bodega se encuentra en las inmediaciones de la carretera N-330 en el término de Sinarcas, y que con su nueva imagen, es muy fácil identificarla con el rótulo Pasiego en las tres caras de la casa que alberga el preciado vino.
Llegamos a la bodega casi a la vez que nuestro anfitrión, José Luis Salon, uno de los integrantes de este nuevo proyecto que se inició en el año 1.997 como una afición entre sus socios fundadores, y que a raíz de los premios conseguidos y de la aceptación de sus vinos en el mercado se fué consolidando en lo que hoy conocemos.
El acceso a la bodega comienza con un espacio para estacionar los vehículos y allí nos encontramos la casa restaurada que en su planta baja nos muestra los útiles para la elaboración de los vinos, siendo la parte alta posterior donde se encuentra la recepción de uva y se inicia el proceso.
La zona de depósitos está acondicionada justo a la medida de éstos, que fueron encargados para aprovechar el máximo espacio. También en la planta baja está la sala de barricas, cuya capacidad puede albergar unas 100 unidades de tamaño bordelés, y tras un cristal la sala de catas o recepción de visitantes, donde se podrán degustar los cuatro vinos que elabora esta bodega.
Y así lo hicimos, de estas cuatro opciones tenemos tres tintos y un blanco envejecido en barrica durante 2 meses espectacular. El primero de ellos fue un Pasiego Crianza 2005, con 9 meses de barrica y con las variedades Tempranillo y Cabernet Sauvignon, de viñedos propios (recordando que en sus inicios la bodega no disponía de estos) o de agricultores que están comprometidos con la bodega.
El siguiente en la lista fue un Pasiego reserva 2004, de las mismas variedades que el anterior, pero con un 10% de Merlot, con una crianza de 13 meses en roble y con el denominador común de los tres tintos de tener un brillante color rubí y mucha glicerina, y sin apenas ribete que los diferenciara en su tonalidad.
El Pasiego de Autor 2005, fue el tercer tinto que catamos, vino que combina la Cabernet Sauvignon al 47% con un 33% de Bobal de una gran selección de cepas y un 20% de Tempranillo de baja producción. Los tres vinos son muy vistosos y tienen bastante diferencia en nariz y boca, pero siguiendo todos una destacada elegancia para poder ser los anfitriones de una buena mesa. Frutos rojos, tostados y vainillas conforman los gustos y aromas que denotan. Quizá los tres vinos serían los que mejor acompañarían una mesa de carnes rojas y de caza, así como quesos curados y estofados muy elaborados, cada uno con sus matices y evolucionando los dos últimos a lo largo de la comida como más ligeros al paladar al oxigenarse con el tiempo.
El Pasiego Blanco 2009, con una crianza de dos meses en barrica nueva, sorprende al paladar con el ‘coupage’ de dos variedades al 50% como la Chardonnay y la Sauvignon Blanc muy equilibrado y agradable al paladar que se recomienda servir muy frío para observar su evolución al tiempo que se aclimata en la copa.
Una visita muy agradable y recomendada para en poco tiempo tener una enriquecedora visita a la vez que poder degustar y adquirir esta serie tan limitada de espectaculares vinos, así como disfrutar de la compañía de los hermanos Salon.