Con la tregua de este invierno crudo que estamos teniendo y con un tímido sol que asomó durante no más de 30 minutos, decidimos poner pies en dirección a Utiel, a unos 85 Km. de Valencia ciudad, a intentar visitar la bodega que elabora Vera de Estenas, Casa Don Angel ó Martinez Bermell, entre otros.
La bodega está situada en el término municipal de Utiel y se accede desde la A-3 y por la antigua Nacional III desde la salida 281, a la Finca La Cabezuela, una extensión de viñedos con la casa en el centro y en lo alto de un cerro tipo ‘Château’.
La Finca tiene distintos tipos de suelo con una composición arcillosa en la zona más baja, y cuanto más ascendemos en el terreno se torna más caliza y pedregosa. Al llegar nos atendió Félix Martínez, Gerente de la Bodega, y que muy amablemente nos mostró los encantos de esta bodega, muy familiar y tradicional.
Empezamos por ver la disposición de los viñedos, en vaso y espaldera, con diferencias en el ‘terruño’ con variedades tan diferentes pero adaptadas como Cabernet Sauvignon, Merlot, Bobal, Tempranillo, Syrah y la exótica Malbec, para vinos tintos y rosados, y Chardonnay y Macabeo para vinos blancos.
La uva Malbec, originaria del sudoeste de Francia, está adaptada perfectamente a este terreno, según nos comenta Felix, y aunque la asociemos a grandes vinos Argentinos, donde es la variedad más cultivada, parece que en nuestra tierra se puede adaptar perfectamente, como en su día lo hizo la Syrah. El vino elaborado con esta variedad, en esta finca, no está acogido a la D.O. Utiel-Requena, pero no por ello no es un vino que vayamos a dejar de probar, hoy mismo daremos cuenta de una botellita con un cocido valenciano, para que apreciemos el maridaje que este vino nos puede aportar a la comida tradicional de Valencia.
El resto de la visita consistió en recorrer la bodega donde están los depósitos de maceración y fermentación, la sala de barricas, el almacen y la antigua casa. La casa es de principios del siglo XX, con una casa rodeada de un jardín precioso, en desnivel, donde la primavera debe dar un color y unos aromas espectaculares. Accediendo por unas escalinatas y tras un pórtico de hierro modernista, entramos a la casa, con paredes y suelos cerámicos, vimos la entrada y una estancia y pasamos a visitar la antigua bodega.
La antigua bodega es un espacio donde se han aprovechado los antiguos depósitos subterráneos para almacenar botellas de todas las elaboraciones esta bodega, es de especial belleza y permite que los vinos reposen en un ambiente de penumbra y de temperatura constante, ideal para estudiar la evolución de éstos.
La visita terminó con la estancia en un recinto donde se exponen todas las añadas, elaboraciones especiales, elementos decorativos y una colección de licores impresionantes que mantienen un encanto especial para una sala de catas.
Catamos el Vera de Estenas Crianza de 2006, un vino tinto con más de 2 años de crianza entre barricas y botella, de 4 variedades como Cabernet, Merlot, Tempranillo y Bobal, un vino con un color rojo picota (no había buena luz para describir mejor el color), a copa parada aromas que recuerdan a uva madura, a copa agitada evocan la madera de roble, frutas del bosque maduras y alguna nota tostada. En boca un buen paso, con taninos expresivos pero a su vez suaves, postgusto a tostados, vainilla y madera de cedro. Un vino excelente y acertado.
Tras despedirnos de Félix y parte de su familia que nos acompañó en la visita, puesimos dirección a San Antonio (Requena) para degustar un no despreciable manjar a base de embutidos de la zona regados por un tinto tempranillo de la zona que el mesonero nos recomendó y que nos deleitó en la comida, un día de frío pero de tregua metereológica para lo que nos anuncian para esta semana entrante.