A pesar de la situación de los últimos meses, la actividad en la nueva bodega de la DO Montsant no ha cesado y se ha seguido trabajando para sacar a tiempo dos nuevas referencias muy veraniegas: L’Amic y la Figaflor.
En enero se presentó en Barcelona el nuevo proyecto de Bell Cros, una iniciativa que nace del entusiasmo y el amor por el Montsant de Ann y Peter Skoglund, ambos de origen sueco. En aquel primer contacto se dieron a conocer las primeras referencias de la bodega, de las cosechas de 2017 y 2018, que han visto el mercado: el Tracte (100% Cariñena), el Camí (Cariñena, Garnacha negra y Tempranillo) y l’Addició (Garnacha blanca y Macabeo).
Ya entonces se anunció que se estaba trabajando en la elaboración de dos vinos jóvenes que finalmente ven la luz para completar la gama de verano: l’Amic, un rosado elaborado 100% con Garnacha negra; y la Figaflor, una Garnacha blanca joven.
Éste último debe su nombre a la higuera que da sombra a una pequeña cabaña de piedra que el equipo está acondicionando para atender a los visitantes en verano y durante la vendimia, y que han bautizado como “La Cabana de la Figuera” (La Cabaña de la Higuera). De ese modo, se pretende arrancar con las actividades entre viñedos que debido a la situación provocada por el Covid-19 se han tenido que posponer.
Estos dos últimos vinos, al igual que los primeros, han sido elaborados por el enólogo Joan Asens, que ha querido aportar a cada uno de ellos, rasgos característicos del terruño que forman los viñedos de Bell Cros. La mayoría de los viñedos tienen entre 40 y 60 años, hecho que da personalidad a la uva y al vino y que reflejan el terreno sobre el que crecen. Por otro lado, el equipo trabaja desde el principio en la conversión hacia un viñedo totalmente ecológico y sostenible, uno de los principales objetivos y letimotiv de los propietarios.