os voy a contar muy brevemente como se elaboran los famosos vinos de hielo…que a todos nos suena pero…
El vino de hielo es vino excepcional. En el siglo 19 y debido a su producción limitada (por estar circunscrito a regiones concretas y a anos con climatología adecuada), el vino de hielo se convirtió en un vino de lujo para beber sólo en ocasiones muy especiales.
Esta rara clase de vino sólo se puede elaborar en las regiones donde los factores como las condiciones naturales, geográficos y climáticas lo permiten.
El clima ideal para el cultivo de las uvas debe ser muy caluroso y soleado durante el verano y con mucho frió durante el otono (elemento esencial para la elaboración de este vino).
Solo vinedos de Europa Central y Canadá permiten producción de vino de hielo.
La recolección de las uvas se lleva a cabo durante las madrugadas heladas, mientras las uvas están congeladas (a temperaturas de menos 7 centígrados).
El uso de las uvas congeladas durante el proceso de producción y el arte de los maestros vinícolas son indispensables para la producción de este vino.
Técnicamente el vino de hielo es concentrado helado natural, fermentado y de alta calidad de las variedades Riesling y Traminer fundamentalmente, aunque también son utilizadas otras variedades como Vidal, Veltliner Verde, Pinot Blanc, Pinot Gris, Chardonnay y Merlot.
Este vino se obtiene únicamente los años en los que los días de otoño son suficientemente fríos, y si las uvas están lo suficientemente maduras en el momento de helarse. Para que se produzca esta congelación, es necesario que la temperatura se mantenga al menos en torno a -7 ó -8oC (sin bajar de los -13oC, algo que sería contraproducente) durante varios días.
La obtención de vinos de hielo es una empresa arriesgada, cara y con total dependencia de los azares climáticos aunque diversas técnicas intentan minimizar al máximo esta dependencia. El elaborador que opte por sacar una cosecha de vino de hielo un determinado año, debe confiar en la predicción meteorológica (eso sí, cada vez más eficaz), dejar una parte de las cepas, las de mejor calidad, sin vendimiar, y esperar que con la llegada de los fríos otoñales, si estos llegan, se congelen en la cepa y que estos se prolonguen durante el tiempo suficiente para que la congelación se realice de forma adecuada, amén de disponer de los medios para prensar la uva a pie de viña.
De hecho la práctica más común consiste en vendimiar de madrugada la uva congelada, y llevarla rápidamente al lagar, que se mantiene abierto para mantener la baja temperatura.
Con todos estos imperativos no es de extrañar que históricamente no todos los años se hayan elaborado vinos de hielo, y tampoco que estos vinos alcancen en el mercado precios muy elevados, convirtiéndose en la bebida típica para festejar grandes acontecimientos como bautizos, bodas, etc.
El vino de hielo tiene protección exclusiva en el mercado comunitario.
Por todas estas razones y por su bouquet con toques de nuez y miel, color verde-amarillo y un sabor intenso es que el vino de hielo satisface las expectativas de los más exigentes catadores y amantes del vino.
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One Comment
cepasviejas
Estimada enóloga:
Felicidades por este artículo; me ha transmitido el mejor de los deseos…el de conocer más esta técnica, esta filosofía , estas maravillas. Espero con impaciencia la continuación…