Este vino procede de un terreno donde estaba situada la mina de oro más grande del imperio romano y la presencia de dicho metal contribuye a una biodiversidad excepcional.
Fuentes del Silencio presenta Las Quintas 2016, un tinto que pertenece a su colección de microparcelas, conjunto de vinos que expresan las particularidades de cada uno de sus terroirs.
Fuentes del Silencio presenta Las Quintas 2016, el primer tinto de su colección de vinos de microparcelas, una expresión pura de las características específicas de sus terroirs. Donde se cultivan las viñas se ha descubierto recientemente la mina de oro más grande de Europa, en la época de los romanos. Las Quintas 2016 procede de viñedos situados al sur del Valle del Jamuz que descansan en suaves pendientes con orientación norte y protegidos del viento por el Monte Teleno (2188 msnm). Los suelos sobre los que se asientan son ricos en hierro y arcilla, cualidades que dan a las Quintas concentración y estructura, pero que también propician un vino fresco y equilibrado. Se trata de una edición limitada de Fuentes del Silencio, de la que salen a la luz 7.340 botellas. PVP: 24€.
Un territorio único, el Auro Terroir
La empresa de Silicon Valley Biome Makers ha realizado un estudio que define la excepcional biodiversidad del suelo de los viñedos de la bodega, siendo entre las más altas de Estados Unidos, Italia y España. Los viñedos de la bodega se sitúan en parcelas que gozan de un microbioma singular por estar asentados sobre sedimentos auríferos, formados por conglomerados arenoso-arcillosos, que, junto a las prácticas respetuosas, dan unos aromas frutales característicos. Este territorio único y genuino, que fue una explotación de oro en tiempo de los romanos, ha recibido el nombre de Auro Terroir.
El informe de Biome Makers indica que la excepcionalidad microbiana de la bodega se puede deber a las prácticas respetuosas con el medio ambiente y a la zona sobre la que están asentados los viñedos. Fuentes del Silencio apuesta por la recuperación de viñedo abandonado de variedades locales como la Mencía, Prieto Picudo y Alicante Bouschet; sus fincas se encuentran en un terreno colonizado por sotobosque de encinar, un territorio silvestre que conserva casi intacta su comunidad mibrobiana.
El estudio de Biome Makers señala que la composición de los terroirs permite que se dé “un ambiente metabólico excepcional del que las vides pueden nutrirse”, lo cual conlleva a que sea un factor diferencial que influirá en el perfil de los vinos. Así pues, la biodiversidad única y en equilibrio de estos suelos indican el buen trabajo realizado en pro de la sostenibilidad en el viñedo y potencial de la bodega que, posteriormente, reflejará todas estas ventajas del Valle del Jamúz en vinos auténticos y singulares.