El cultivo de la vid ha estado siempre muy arraigado en la zona del Jiloca, sobretodo en otro tiempo, en que era parte fundamental de la economía agraria. En las últimas épocas se ha visto mermado hasta tal punto que prácticamente parece que se va a dar por desaparecido en unos años. Quedan testigos como el Museo del Trasiego en San Martín, con Jesús Marco a la cabeza, que ha recogido las herramientas empleadas en su cultivo. La vendimia, el pisado,… y otros trabajos, resultaban muy duros, pero gratificantes en muchos sentidos, puesto que el sentido de grupo y la familia prestaban armonía y alegría a esos días. Dichos, ritos…
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