Un trabajo publicado en 2013 en la revista PLOS ONE, mostró que en la región vitivinícola alemana de Franconia, el contenido de azúcar de las uvas se había incrementado en 20 gramos por litro cada década entre 1962 y 2010. Los investigadores calcularon que el 40% de ese crecimiento se podía atribuir al aumento de temperatura. El aumento de temperaturas ha sido casi siempre bueno para el vino. Un clima cálido permite que las uvas permanezcan más tiempo en la vid y produzca un fruto más fuerte, y por lo tanto vinos más potentes con mayor contenido alcohólico. Pero el calentamiento global no lo es todo. Fernando Boned, responsable de…