La crisis del sector del vino –aguzada por la puesta en marcha del carné de puntos y la creciente vigilancia en las carreteras– ha aguijoneado la imaginación de los bodegueros, ávidos de abrir nuevos mercados y captar nuevos consumidores. ¿Cómo lo hacen? Rebajan la graduación de sus caldos, una fórmula que, desde hace tiempo, se viene haciendo en otros países con tradición vinícola como Chile, Nueva Zelanda, Estados Unidos (California), Holanda y Francia, y con resultados bastante aceptables.
bodegas valduero presento ‘9 Sobresaliente 2007’, la segunda añada de un vino blanco artesanal de baja graduación, con bajo contenido en azúcar y de una variedad autóctona de la ribera del duero, la albillo.
ls mismas calorías que una manzana o un tomate, con tan sólo 9º de alcohol, la mínima graduación alcohólica para poder ser considerado legalmente vino, con una pequeña burbuja de CO2 al servirlo en la copa, ‘9 Sobresaliente 2007’ es la apuesta de la ribereña Bodegas Valduero para llegar al público más joven y menos versado en lo que a vinos se refiere.
Para elaborar un vino con tan sólo 50 kcal. por copa y con 9º (los americanos son unos expertos en esta materia y se han quedado solo en 11º), las hermanas García Viadero, responsables de la bodega, han seguido un proceso artesanal, fundamentado en un control exhaustivo de las cepas de Albillo y de la fermentación y una permanente vigilancia de las distintas temperaturas a lo largo del proceso.
Además, Yolanda García Viadero, enóloga de la bodega , insiste en que se trata de un vino fácil de beber, natural, sin aditivos, fresco, equilibrado, ligero de entrada en boca y muy refrescante y confiesa sentirse “muy satisfecha con el resultado de ‘9 Sobresaliente’”.
De la primera añada de ‘9 Sobrealiente’ se elaboraron unas 60.000 botellas.
En la cosecha 2007 su producción se ha incrementado hasta las 100.000 botellas.
“Queremos darle más peso a nivel de comercio exterior, donde la añada 2006 ha tenido aceptación en los países cálidos, en todo el mercado que tenemos en Sudamérica, aunque también exportamos a Europa”, explica Yolanda García Viadero que confía en que la comercialización de este vino se vaya consolidando añada tras añada, “hay que tener en cuenta que estamos comenzando”
“Los vinos lights son una manera de llegar a los vinos de toda la vida, vinos que tenían entre 12 y 13 grados, a lo sumo. Ahora se están comercializando vinos de hasta 15º y es una exageración. La calidad de un vino no depende de los grados”.
Una cosa es rebajar los grados del vino y otra desalcoholizarlos, una práctica que no está permitida en nuestro país, aunque ya se empieza a experimentar. Una empresa compostelana creada por dos jóvenes biólogos –Ramón Bodenlle y Pablo Cajaraville– trabaja en la elaboración del primer vino sin alcohol elaborado en España.
En este caso, el sector del vino se muestra más reacio. “No hay quórum”, señala José Peñín, autor de la famosa Guía Peñín de los Vinos de España y uno de los mayores expertos en esta materia. “Soy muy escéptico. El vino se queda desequilibrado si se le rebajan grados. Los americanos, que son unos expertos en esta materia, se han quedado en los once grados. Yo prefiero hablar de los vinos que engordan menos”. Peñín se refiere a los vinos blancos “que tienen menos calorías” como los del Penedés o los ribeiros gallegos, que tienen menos grados que los albariños. Y reconoce que, en estos momentos, “se está produciendo una reflexión de las bodegas con una dirección clara de hacer vinos más ligeros. Se han dado cuenta de que los de alta graduación son agradables para catar pero luego no enganchan a la gente, que tiende a ir a los vinos más suaves”. Y añade por último: “La gente en este país todavía no tiene la práctica de beber y disfrutar con pequeñas cantidades. Hay que beber calidad y eso, impepinablemente, es beber menos”.