La asociación celebra las nuevas categorías de zona y municipio de Rioja pero considera en error mirar más hacia la bodega que al viñedo
Bodegas Familiares de Rioja (BFR) ha votado hoy a favor de la aprobación por parte del pleno del Consejo Regulador de las nuevas categorías de vinos de zona y de vinos con indicación de municipio de Rioja al considerar que el viaje emprendido hace dos años hacia la puesta en valor de los viñedos y la diferenciación de producciones quedaba incompleto con la aprobación en exclusiva de los denominados ‘Viñedos Singulares’. “Si queremos poner en valor el origen de los vinos, el edificio queda incompleto sin el desarrollo de los vinos de zona y de pueblo, aunque lamentamos que, especialmente, en esta última figura se hayan modificado los conceptos de partida en las negociaciones de última hora”, afirma Eduardo Hernáiz, presidente de BFR y vocal del Consejo Regulador.
En este sentido, Bodegas Familiares de Rioja lamenta que no se hayan seguido los mismos criterios en la aprobación de la categoría de ‘Viñedos Singulares’ y que no se hayan establecido limitaciones a los rendimientos de producción como inicialmente estaba previsto (hasta un máximo del 100% en campo y 70% en bodega) por debajo de la marca genérica Rioja. Asimismo, la asociación cuestiona también que se exija a las bodegas que pretender elaborar vino de pueblo estar ubicadas en la localidad a la que pretenden hacer referencia en lugar de la propiedad de los viñedos: “De la misma forma que una bodega o un viticultor puede elaborar un vino de ‘Viñedo Singular’ si es propietario del viñedo o si tiene un arrendamiento estable por al menos diez años, entendemos que una bodega debería poder elaborar un vino de municipio si sus viñedos están en dicho pueblo”, explica Eduardo Hernáiz. “Parece que Rioja -continúa- sigue teniendo miedo a crear nuevas categorías de vino, más allá de las tradicionales menciones por los tiempos de estancia en madera, y desde luego nuestra Asociación defenderá la aprobación de importantes partidas de promoción para estos nuevos vinos vinculados al origen porque entendemos que es precisamente la diversidad vitícola la que hay que poner en valor en la denominación”.
Bodegas Familiares de Rioja seguirá trabajando en esta nueva etapa en el Consejo Regulador en impulsar la mejora de la calidad de los vinos de Rioja y en la diferenciación de producciones. En este sentido, BFR-Provir impulsó ya a principios de los años 2000 el desarrollo de figuras de calidad, como fueron los vinos de pago calificado, que, si bien en su momento no contaron con el respaldo de otras organizaciones bodegueras, son el germen de lo que hoy en día son los vinos de ‘Viñedos Singulares’.
Documentación. La diferenciación de vinos de Rioja (resumen).
1. Viñedos singulares: el viñedo deberá tener al menos 35 años y el rendimiento máximo admitido será de 5.000 kilos por hectárea para uvas tintas y de 6.922 para blancas (77% sobre el rendimiento normal del 100%) y del 65% en transformación en bodega (70% habitual). Se exige propiedad de los viñedos o contratos de arrendamiento estable durante al menos diez años.
2. Vinos municipales: Al menos el 85% de las uvas deberán proceder de la localidad a que se haga referencia o de municipios limítrofes. No se establece limitación alguna de rendimientos (las mismas que el conjunto de la DOCa), como proponía Bodegas Familiares de Rioja (BFR) a un máximo del 100% en campo y del 70% en bodega. Se exige que la bodega está ubicada en el municipio, en contra de lo que sucede con el vino de Viñedo Singular y que defendía BFR.
3. Vinos de zona: Al menos el 85% de las uvas deberán proceder de la comarca a que se haga referencia (Rioja Alta, Rioja Oriental -antes Baja- y Rioja Alavesa) y el resto de municipios limítrofes. Tampoco se establecen limitaciones de rendimientos y se exige que la bodega esté ubicada en la zona.