Fuente: Infobae.com
De acuerdo con un estudio llevado a cabo en la Universidad de Napier, en Edimburgo, Escocia, próximamente los tanques de los automóviles podrán llenarse con un nuevo combustible derivado del whisky. Este biocombustible emplea dos de los principales componentes de esta bebida: el pot ale, el sobrante de la destilación, y el draff, los granos gastados. Ambos serán utilizados como base para producir el butanol, que podrá ser empleado como combustible en los autos, que no deberán sufrir ningún tipo de adaptación especial. La idea es crear un combustible más ecológico y una potencial oferta para aumentar los ingresos de una de las industrias más importantes del país. Con un saldo de 1.600 millones de litros de pot ale y 187 mil toneladas de draff producidos por la industria del whisky anualmente, la universidad planea lanzar al mercado el nuevo combustible para que próximamente esté disponible en las estaciones de servicio de Escocia.