Es un mecanismo de rastreabilidad por código láser que permitirá garantizar la calidad de la producción local y agilizar la fiscalización. La Nación invirtió más de $1.100.000.
El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) implementará un sistema de trazabilidad por código láser para los vinos argentinos que se venden en los mercados interno y externo. Esta iniciativa agilizará los tiempos de fiscalización y les brindará mayor seguridad a los consumidores, clientes de bodegas e inspectores, sin generar costos adicionales para los establecimientos vitivinícolas.
La trazabilidad o rastreabilidad es una serie de procedimientos que permiten identificar las diferentes etapas con que se ha elaborado un producto y conocer las características más relevantes del mecanismo de industrialización utilizado.
De esta manera, se puede determinar la autenticidad y evidenciar los vinos truchos, que tanto han proliferado últimamente.
El presidente del INV, Guillermo García, destacó que “el sistema permite lograr la trazabilidad de todos los vinos argentinos desde el viñedo al consumidor, para todos los mercados y todos los tipos de envases”.
“De esta forma, el organismo nacional garantizará, de manera más eficiente aún, la genuinidad e inocuidad del vino y, en el futuro, también su calidad. Y fundamentalmente evitará el fraude de marcas, que se ha convertido en un verdadero problema en distintas partes del mundo”, agregó García.
El sistema, que se implementará a partir de setiembre para los envases tetra brik y de octubre para las botellas, consiste en la impresión, mediante método láser, de un código en la etiqueta de cada producto.
Otros sistemas alternativos, como el de estampillas fiscales u obleas de seguridad, tienen altos costos para las bodegas, estimados entre $24 millones y $200 millones por año.
La trazabilidad por código láser que pondrá en marcha el INV es pionera en el mundo y se puede adaptar a todo tipo de envases.
Además, posee un sistema de códigos encriptados y se puede aplicar a todos los vinos sin distinguirlos por segmentos de precios. En cuanto a lo económico, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación realizó una inversión de $1.108.000 por única vez para adquirir diez impresoras láser, que están instaladas en imprentas de Mendoza y San Juan.
La emisión del certificado de genuinidad es on line y permite que consumidores, clientes de bodegas, e inspectores del INV puedan verificar los análisis del producto. Además, es compatible con los sistemas internos de las bodegas.
“En España están trabajando en la implementación de sistemas para evitar fraudes marcarios y lograr los más altos estándares en la garantía de genuinidad del producto. Esta comparación sirve para destacar que Argentina, al poner en marcha la trazabilidad por código láser, se convierte en pionera de la vitivinicultura mundial”, señaló García.
Impresión de etiquetas
El trámite se inicia con la solicitud de impresión de etiquetas por parte de la bodega a la empresa gráfica. La imprenta ingresa al sistema del INV y declara el pedido, indicando una serie de datos del establecimiento y del producto. A continuación, el INV le otorga el número de control.
En otra etapa, la empresa imprime las etiquetas, le entrega el pedido al establecimiento vitivinícola e informa al INV –vía web– la entrega de las etiquetas.
Finalmente, la bodega procede a vestir los envases y transmite un formulario al INV donde coloca el número de control de etiquetas.