Cuenta Plinio El Viejo (23-79 d.C.) en su libro “Historia Natural” que el vidrio fue descubierto por accidente en Siria en el 4000 a.C.: unos mercaderes de natrón*, probablemente en ruta hacia Egipto, preparaban su comida al lado del Rio Belus en Fenicia. Al no encontrar piedras para colocar las ollas colocaron trozos de natrón que llevaban como carga. A la mañana siguiente vieron cómo las piedras se habían fundido gracias al intenso fuego y su reacción con la arena había generado un material brillante, vítreo, similar a una piedra artificial. Si bien es la única historia o por lo menos la primera que narra el descubrimiento del vidrio, es poco confiable dado que para lograr el punto de fusión del natrón que dio por resultado la formación del vidrio, hubiera sido necesaria una temperatura entre 1.300/1.500ºC , mientras que una fogata al aire libre alcanza como máximo 600ºC.
Otras menciones del vidrio se encuentran en “Geografía” de Estrabón (58 a.C.-25 d.C.), donde describe con admiración un sarcófago de vidrio y asegura que en un punto localizado entre Tolemaida y Tiro se extraía la arena apropiada para el vidrio. El griego Heródoto (484-410 a.C.), considerado el “Padre de la Historia”, relata la manera en que los etíopes embalsamaban a sus muertos para colocarlos en sarcófagos de vidrio. Eliano, escritor griego del Siglo III, narra las condiciones en que Jerges, el hijo de Darío, descubrió el cuerpo de un jefe asirio en un ataúd de vidrio. Salomón, en sus Proverbios, condenó al que miraba el vino a través de un vaso de vidrio y también en el Antiguo Testamento se encuentra mencionado el vidrio en la Historia de Job: “No se compara el oro y el cristal, ni se cambia por vasija de oro fino. Corales y cristal no merecen ni mención, la sabiduría vale más que las perlas”.
Recién en el Siglo III a.C. el vidrio recibió al vino el cual venía siendo transportado en vasijas de cuero, ánforas y barrigas de animales. Más tarde, como las botellas se rompían, en el Siglo XV en Italia se inventó la canasta de paja para cubrirla, sí, adivinó, la que aún actualmente se utiliza para las botellas que albergan el vino “Chianti”, (el preferido del Dr. Hannibal Lecter). En 1778 Diderot escribió en la primera “Enciclopedia” que “el vidrio es el único recipiente para el envasado de vino”. La fabricación en serie de envases de vidrio comenzó en la zona de Cognac, en el Siglo XIX. Tanto la forma, el contenido y la consistencia del mismo se hace constante. Comienza así el transporte a gran escala a raíz del fácil embalaje. En la actualidad las grandes embotelladoras mundiales se encuentran en Francia y es la botella la que alberga el 90% del vino mundial, tanto Premium como de mesa. Se fabrican 12 mil millones de botellas al año, a un total de 33 millones por día. En su mayoría son del tipo “bordelesas” de ¾ lts, (las que tienen hombros y se utilizan 100% para vinos tintos).
¿Por qué el vidrio es el mejor material para albergar el vino?
Porque es una sustancia noble, transparente, resistente a ácidos, inerte, fácil de lavar y esterilizar. Con respecto al color el mismo protege al vino de la acción de la luz. La intensidad del color de vidrio de la botella dejará pasar más o menos radiaciones diversas del espectro. El blanco, por ejemplo, detiene los rayos ultravioleta, medianamente los violeta y es atravesado por las demás radiaciones. El verde detiene el utravioleta y el violeta. Deja pasar las radiaciones azules y amarillas. Retiene otras. En botellas verdes el vino está más protegido. El vino blanco va en botellas blancas porque envejece antes y debe tomarse rápido. En botellas verdes mejora el aroma y está protegido contra las quiebras cúpricas. El vino tinto evoluciona mejor en botellas oscuras.
Los 7 tipos de botellas más utilizados son:
Bordelesa.
Borgoñona.
Rhin o Alsaciana (para blancos y rosados).
Champagne, Cava o Espumoso.
Jerezana (para generosos Andaluces).
Especial de 50 cl. (bordelesa pequeña ideal para un comensal)
Mágnum de un litro y medio. Ésta botella prolonga la vida del vino 5 años, (la evolución es más lenta que la de 75 cl).
¿Cómo es el proceso de embotellado?
Primero se lavan. Luego no se rellenan hasta el tope ya que se le agrega 1 atmósfera de gas nitrógeno o gas carbónico, (el cual impide la oxidación del vino con el aire en el trayecto de la llenadora a la botella). A continuación es el taponado que puede ser con corcho o con tapón sintético. Para la hermeticidad se le aplasta una arandela neutra, impermeable sobre el borde del gollete. Luego sigue el encapsulado que consta de una cápsula de aleación de estaño y aluminio la que asegura la inviolabilidad de la botella. Finalmente sucede el etiquetado con la etiqueta (con el nombre del vino, la bodega, la cosecha, el grado alcohólico y el origen) y la contra etiqueta, (con detalles técnicos y de cata).
*mineral blanco carbonato, bicarbonato y cloruro de sodio, ideal para cosmética, desengrasante y para momificación de cadáveres.
Silvia Ramos de Barton
Sommelier