Ya que se va a cercando la llegada del Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010 desde Vinos de Sudamérica los iremos informando e introduciendo a la viticultura de ese país que será centro de las miradas del mundo entero apratir del 11 de junio y durante un mes.
Los mejores vinos proceden de cepas que deben luchar por su supervivencia, por lo que no es sorprendente descubrir que algunos de los vinos sudafricanos más interesantes son obra de personas que han conocido muchas dificultades. Hasta 1994, cuando acabó el régimen de apartheid, se prohibía a los negros poseer ni tierras ni bodegas. Hoy en día, hay cerca de 4.000 bodegas en Sudáfrica, pero sólo dos son propiedad de familias negras. «Pensé que alguien tiene que contar estas historias. ¿Por qué no nosotros», dice Selena Cuffe, de 34 años, que dirige Heritage Link Brands, empresa norteamericana que importa los vinos producidos por sudafricanos negros.
«El vino en Sudáfrica es como el algodón aquí. Son dos sectores que se construyeron sobre las espaldas de una mano de obra esclavizada», dice Cuffe, afroamericana originaria de California. Su vida cambió después de una visita improvisada, en 2005, a Sudáfrica y al festival anual de vino de Soweto, donde conoció a Vivian Kleynhans, de la bodega Seven Sisters.
«Esto sucedía antes de saber yo nada del vino ni del negocio del vino», explica Cuffe, quien preguntó entonces a Kleynhans si sus vinos se vendían en Estados Unidos. La sudafricana le respondió: «Hermana, nos está costando hasta distribuirlos en Sudáfrica».
Un mes después de regresar de Sudáfrica, Cuffe, que tiene un MBA de la Universidad de Harvard, y su marido, otro MBA de Harvard, lanzaron su empresa de importación.
Kleynhans y sus hermanas, más un hermano, criados durante el apartheid, se vieron separados de niños cuando su padre perdió su empleo y ellas perdieron su hogar.
«Dos hermanas se fueron a vivir aquí y una hermana se fue a vivir allá, y nunca tuvieron la oportunidad de vivir juntas como una familia tradicional a partir de ese momento», dice Cuffe.
Pero 25 años después Vivian decidió reunir a sus hermanas y crear algo para rendir homenaje a su familia.
«Así que hicieron sus vinos. Cada uno refleja la personalidad y el estilo de una de las hermanas», explica Cuffe.
Su Bukettraube, una uva rara cree que se originó en Alemania, produce un vino blanco con cierto parecido al riesling, según Cuffe. «Es un reflejo de Odella, la menor de las hermanas, dulce y fresca».
El ensamblaje de pinotage y shiraz (syrah) tiene un color rubí profundo lleno del aroma de frutos negros, rojos y ciruelas, con un final especiado que, según Cuffe, refleja a Dawn, una de las hermanas. «Como este vino, Dawn es muy accesible, pero tiene ese final picante, que es como su forma de decir, «cuidado conmigo»».
Cuffe también importa los vinos de la bodega M»hudi, que es propiedad de Diale y Malvasía Rangaka, pareja de profesionales jubilados que vendieron todo tras la jubilación para comprar una explotación agraria.
«En Sudáfrica, la propiedad de la tierra lo es todo», explica Cuffe. «La filosofía de la pareja fue que si las personas educadas no se lanzaban a lo desconocido, ¿quién más iba a aventurarse?».
Así, en 2005 compraron 42 hectáreas de tierra en la región de Stellenbosch, donde producen sauvignon blanc y el vino nacional de Sudafrica, el pinotage (un cruce de uvas pinot noir y cinsault).
Cuffe espera que parte de la atención mundial que se centrará en la Copa del Mundo 2010 en Sudáfrica, que comienza en junio, también recaerá en los vinos del país.
Fuente: Diario El Mundo, España