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La revolución de los puntajes – El Manifiesto scoREVOLution

Fuente: ArgentineWines.Com.

El mundo del vino es complejo y si bien el sistema de puntuación ha ayudado a los consumidores a elegir sus vinos, parece que ya es hora de avanzar. Carlo Petrini, fundador del movimiento Slow Food, dijo, “para todos es mejor sin puntajes”. La asignación de un puntaje a un vino debería ser vista como la opinión de una persona (pero desafortunadamente no siempre lo es) y las opiniones son muy variadas. Un pensamiento igualmente alarmante es que los vinicultores son empujados a hacer vinos de estilo más internacional. Están cambiando sus técnicas agrícolas y de elaboración a fin de lograr una mayor puntuación. Creemos que esto es un error. Scorevolution es un movimiento creado para reunir a personas con ideas afines. Pueden leer el Manifiesto aquí abajo o verlo en línea en http://www.scorevolution.com donde podrán expresar su apoyo. Los firmantes del acuerdo sostienen que no deben utilizarse los puntajes para comprar o vender vino. El objetivo es crear transparencia entre compradores y vendedores y animar a la gente a encontrar vinos basados en escritos y del boca a boca. ¿Qué les parece?

El Manifiesto scoREVOLution

El vino es una expresión gustativa del lugar donde sus uvas crecieron y los métodos con que fueron cultivadas, estos métodos se han desarrollado en el tiempo para enfrentar la variabilidad de la naturaleza. La combinación de tierra, clima, cultura y filosofía conforma el terroir. Lo ideal sería que un vino evocase una comprensión de la región productora e incluso del viñedo individual que le da origen.

La expresión sutil del vino se entiende mejor a través del contexto de su geografía. Hay muchas acciones en el proceso de elaboración que finalmente afectarán a un vino, pero si el objetivo es abordar el tema desde una mirada minimalista, o sea alterar o influir en el proceso lo menos posible, mientras se previenen infecciones y su deterioro, entonces seguramente la esencia del terruño se conserve.

Si nos basamos en los paladares parciales de unos pocos – y la boca no puede ser imparcial, dado que el proceso de cata es algo sumamente personal – que nos diga que es lo bueno y lo perfecto, entonces no habremos sacrificado nuestro propio entendimiento personal del vino, y de esta manera ¿cuál sería el objeto de beberlo?

El sistema de puntuación de 100 puntos es una herramienta torpe e inútil para el examen de vino. Si el vino es, como creemos, algo subjetivo, sutil y vivencial, por naturaleza no es cuantificable. Las puntuaciones impuestas a los vinos son simplemente un símbolo estático, una definición absoluta basada en un singular contacto con un vino y así completamente ineficaces cuando se aplican a un producto dinámico, cambiante y polifacético.

Discutir los taninos de los vinos, su acidez, equilibrio, estructura, fruta, etc., es esencial. Compartir nuestros pensamientos y experiencias con otros seres humanos es posiblemente una de las partes más importantes de beber vino. Pero introducir una puntuación a este proceso es a menudo una actitud inexacta condescendiente y excesivamente simplista.

El vino es infinitamente variable. Esta es la naturaleza del terruño, y también de la humanidad, que inexorablemente está hermanada con el terruño.

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