Moda y vino vuelven a unirse de la mano de las bodegas alavesas Ysios y del modisto vasco Ion Fiz, que ha participado en la elaboración de un caldo.
Sensual, rebelde, joven, elegante, pero con un punto canalla. La pasarela Madrid Fashion Week -antes Cibeles- ha contado con un invitado de excepción: Ysios&Ion Fiz, el primer vino fruto de la unión entre la inspiración del modisto vasco y el saber del enólogo Luis Zudaire. Un caldo de autor, cosecha 2005, diseñado, vestido y etiquetado por uno de los enfant terrible de la moda.
El propio Fiz tomó parte en la elaboración del tinto que más adelante serviría de inspiración a su colección para el próximo otoño-invierno. Y lo que en principio iba a servir sólo de musa se convirtió, finalmente, en una pieza más de la pasarela.
Un vino que en nariz se traduce en fruta y regaliz, procedente del terruño de Carravacas, el viñedo más joven de la sinuosa y ondulada bodega que el maestro Calatrava regaló a Laguardia. La estilizada botella se viste con grandes volantes y bajo el traje de noche, una etiqueta vanguardista, de estética ochentera, que no es otra cosa que uno de los bocetos del propio modisto.
vino y moda
La conexión entre Fiz y Zudaire fue bien desde el principio. Tanto que se tradujo en amistad. La coincidencia de sus puntos de vista facilitó el trabajo entre diseñador y enólogo. No es la primera vez que vino y moda caminan de la mano.
Grandes firmas, como Elio Berhanyer, Francis Montesinos, Javier Larrainzar, Kina Fernández, Modesto Lomba, Toni Benítez y Victorio&Lucchino han vestido los más prestigiosos caldos con sus creaciones.
Modelos y misses se han paseado por la vendimia de Rioja Alavesa para prestar su imagen a afamados bodegueros que, en ocasiones, también surgen del papel couché. Moda y vino se fusionan como dos tentaciones cargadas de glamour y lujo, un sueño inalcanzable para muchos mortales.
El último en apuntarse a esta tendencia ha sido Fiz. Este eibarrés, afincado en Bilbao, fundó su firma en 1997. Sus colecciones encuentran inspiración en temas como el arte naif, las fotografías y objetos antiguos. Mezcla ropas masculinas sobrias, depuradas, de línea clásica con prendas muy femeninas, elaboradas con mucha ornamentación y recargadas. Fiel seguidor de Balenciaga o Christian Lacroix, se considera un luchador. A hora y media de Bilbao, en el corazón de Rioja Alavesa, otro luchador, el enólogo de Ysios -nombre que evoca a los dioses Isis y Osiris- también diseña exclusivos reservas y colecciones limitadas de tan sólo cinco mil botellas que en el mercado se convierten en joyas enológicas tanto para la crítica como para el público. Caldos de pasarela, elaborados a los pies de la sierra de Cantabria, bajo el maridaje del aluminio y la madera, tradición y vanguardia.
FUENTE: http://www.deia.com/