Cada vez más el empresario hostelero se da cuenta de la importancia de tener un lugar para cuidar los vinos que sirve a sus clientes. Que el vino esté en las condiciones correctas de conservación y a la temperatura ideal de servicio cada vez es más común pero no ha sido siempre así. En esta asignatura, se están realizando importantes mejoras, y al final sale ganando el cliente. En esta primera fase se ha utilizado y se sigue utilizando con frecuencia el armario climatizado. Existe una gran variedad de estas “neveras” con diferentes acabados y precios según la necesidad de los restauradores.
Yendo un paso más allá, podemos decir que existe una segunda fase en donde el vino no solo se almacena a la temperatura correcta en una “caja climatizada”, si no que se crea un espacio y ambiente especial que resalte los vinos disponibles para servir. Aquí es donde entra la bodega climatizada a medida. La pregunta cambia de: ¿dónde vamos a colocar ese armario para que no moleste o desencaje con la decoración del restaurante? a ¿cuál es el mejor espacio o lugar para ubicar una bodega del estilo, tamaño, acabados y características que el dueño del local requiere?
Esta solución de “Segunda Fase” no es para todos los locales que sirven vino. Es relativamente costoso comparado con los armarios estándares. Piensa que una bodega a medida requiere la implicación de muchos oficios (metalistas, carpinteros, electricistas, frigoristas, cristaleros, albañiles, fontaneros etc…) y su correcta integración. Son muchas horas de mano de obra, materiales y equipos para que al final todo encaje a la perfección. Aun así, con la crisis económica actual, algunos restaurantes apuestan e invierten en su propia bodega. Por mi experiencia, hoy en día esto ocurre cuando se está haciendo una importante reforma en el local o incluso construyendo uno desde cero.
¿Qué beneficios justifica este esfuerzo económico?, puedo enumerar unos cuantos: a) Indica al cliente que el local cuida sus vinos, b) crea una zona exclusiva que complementa el ambiente del comedor, c) da protagonismo a ciertos vinos que se exponen en la bodega, d) diferencia el local de otros y da un “caché” más alto, e) consigue que el cliente pida un vino más costoso y exclusivo etc… Es cierto que el retorno de inversión pueda tardar más pero finalmente se conseguirá en la mayoría de los casos.
Si se acomete una bodega climatizada a medida, es importante que la empresa cuente con el equipo capaz de dar la más alta solución técnica y estética. Dragon Cellars se postula en el mercado con este fin y es referencia en el sector. Para cumplir con este objetivo, a parte de un equipo de diseño, fabricación y montaje, se cuenta con arquitectos e interioristas que pueden ofrecer al empresario un proyecto integral de restaurante completo con su bodega “protagonista”.
¿Me lanzo a montar una bodega climatizada a medida?, ¿me sirve el tener un armario climatizado?, ¿dejo esta inversión para más adelante?, ¡la decisión es tuya!