Pago del Cielo lanza 62 Millas al Cielo, un vino marcado por la altitud de los páramos en Fompedraza

Es un tinto fino con 9 meses de crianza, que procede de viñedos situados a 900 metros, entre los más altos de la DO Ribera del Duero

Fompedraza, 9 de abril de 2024. Cuando se cumplen veinte años de la llegada de Familia Torres en Ribera del Duero, Pago del Cielo lanza al mercado un nuevo vino procedente de Fompedraza, el lugar donde se asienta la bodega y de mayor altitud en la provincia de Valladolid. La ubicación a 900 metros sobre el nivel del mar ha servido de inspiración para la bodega y sus vinos. 62 Millas al Cielo también habla de altitud, ya que nace de viñedos plantados en esta zona, de entre las más altas de la DO, y evoca la proximidad al cielo con un nombre que hace referencia a la distancia entre la tierra y la línea de Kármán, considerada el límite entre la atmósfera y el espacio exterior.

En Fompedraza, la altitud de los páramos amplifica el efecto del contraste térmico entre el día y la noche, que hace que las uvas maduren lentamente y alcancen un nivel óptimo de madurez, conservando su frescura y ganando en calidad. Familia Torres plantó aquí sus primeros viñedos de tinto fino (tempranillo) cuando empezó su proyecto vitivinícola en Ribera del Duero, dirigido por el enólogo Juan Ramón García, unos viñedos que hoy forman parte de este nuevo vino. 62 Millas al Cielo destaca por su frescura natural. Es un 100% tinto fino, elaborado de manera tradicional en depósitos de acero inoxidable y envejecido durante 9 meses en barricas de roble americano y francés, mayoritariamente de segundo uso, de 300 y 500 litros de capacidad. El resultado: un vino de impresionante capa, de color cereza oscuro, intenso y profundo en nariz, con ricos aromas frutales que recuerdan a la confitura de moras negras, y aromas especiados. En boca es sedoso, ligero, con un final cálido y agradable.