Historia de un sueño hecho realidad y convertido en vino.
En el año 2008 un grupo de amigos amantes de los buenos caldos se reunieron en torno a una hermosa finca situada en Ventosa de la Cuesta, pequeña población situada al sur de Valladolid.
Denominada como finca “El Montañés” tiene una superficie de 34 hectáreas, la cual inspiró para crear los vinos de Bellorí.
La zona ya era famosa hace más de 100 años y sus uvas muy apreciadas para la elaboración de los por entonces vinos de Serrada y La Seca.
La finca está situada en un altiplano a más de 800 metros de altitud, de suaves relieves y vertientes sometidas a los vientos atlánticos.
Su textura es limo arenosa, de muy baja fertilidad y con gran abundancia en el suelo del afamado “cascajo” (suelo pedregoso típico de la zona) que tanta personalidad aporta a los vinos realizados en esta zona.
Posee ésta una excelente aireación y un drenaje que confieren a la finca una gran permeabilidad y como consecuencia transmite a la planta y a sus frutos una calidad y sanidad inmejorables.
La climatología viene marcada por una pluviometría muy baja, veranos secos y cálidos e inviernos largos, con riesgo de heladas tardías en la primavera y tempranas en el otoño (en Castilla se dice que tenemos 9 meses de invierno y 3 de infierno) y con unas oscilaciones térmicas entre el día y la noche de más de 20 grados durante los períodos de maduración.
Gracias a las características de la finca y el esfuerzo del equipo humano que conforman la bodega, intentamos con esmero obtener vinos frescos, armónicos y elegantes que alimenten la necesidad por degustar nuevamente una copa de vino.