En el valle Alto de Cachapoal, Chile, se encuentra esta bodega que, desde el 2001, aspira a elaborar los mejores vinos chilenos respetando la naturaleza y convirtiendo al terroir en casi exclusivo protagonista. La influencia de la cordillera, el clima predominantemente mediterráneo, la complejidad y variedad de los suelos permiten, a esta bodega de herencia francesa, elaborar vinos particularmente diferentes. Sus 72 ha. brindan cabernet sauvignon, carménère, syrah, cabernet franc y petit verdot y dos únicos vinos: Altaïr y Sideral. Altaïr es un vino elegante, preciso, puro, complejo. Representa la maduración y la experiencia. Sideral es muy aromático, fresco, equilibrado. En él se encuentran la pasión indómita y el ansia…